¿Cuáles son las ventajas de cocinar con el pescado bonito?
El pescado que reúne las tres B: es bueno, bonito y barato. Toma nota de estos consejos para disfrutar al máximo esta joyita marina.
Se trata de uno de los pescados más consumidos en nuestro país, por su bajo costo, muy buen sabor y valor nutricional. Un pescado que encontramos fresco todo el año, y que queda perfecto en un ceviche o en escabeche. El bonito es uno de esos motivos que nos hacen pensar que Dios es peruano.
Sin embargo, aún hay personas que miran al bonito con desdén, debido al color de su carne y su bajo costo, dos atributos que deberían ser motivo de celebración. Esta nota busca despejar prejuicios y despertar la curiosidad —y el apetito—, para que te vuelvas un devoto de este pescado bendito.
Beneficios del bonito
Después de la anchoveta, el bonito (Sarda chiliensis chiliensis) es el pescado con mayor contenido de Omega 3 (2.1%). Esta grasa saludable —presente sobre todo los peces de carne oscura— tiene múltiples beneficios para nuestro organismo: ayuda a reducir el colesterol, reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y mejora la función cerebral. El bonito, además, como otros peces, es rico en vitamina D y también del complejo A y B, pero destaca en su aporte de hierro, por lo que sirve para combatir la anemia.
¿Cómo escoger un buen pescado bonito?
Busca un ejemplar que mida unos 50 cm, con sus agallas rojas y que no tenga mal olor (en esta nota explicamos cómo escoger pescados y mariscos frescos). Sea entero o en filete, su carne debe verse firme, como un músculo bien tonificado (pero no dura). Ese color es precisamente donde se concentra el sabor del bonito, pero también el motivo por el cual se descompone fácilmente, por lo que hay que mantenerlo bien refrigerado. He ahí el secreto para disfrutar al máximo el bonito: frescura extrema.
¿Qué preparar con el pescado bonito?
La belleza del bonito se sostiene en su simpleza. Es un pescado humilde —su precio es muy accesible— y muy noble en la cocina —no requiere mayor tratamiento—. Empieza por un ceviche de bonito. Se puede preparar de la forma clásica, pero también le puedes dar toques Nikkei, o prepararlo en tiradito con un poco de aceite de oliva, queso curado y aceitunas. El escabeche de bonito también es un clásico, solo con galletas como un piqueo, o en un contundente sánguche. Y si buscas volumen: mételo al tuco —en vez de la carne— para la pasta y el bonito hará el milagro.
Y a ti, ¿te gusta el bonito? ¿Lo has probado?
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