Cómo recalentar pan sin que se endurezca: el método con agua y horno
Recuperar el pan duro es posible. Con técnicas adecuadas, puedes devolverle su corteza crujiente y miga tierna, como si estuviera recién horneado.


¿El pan de la mañana ya no es el mismo en la noche? Y lo peor, ¿al día siguiente está duro y seco? Esta situación es muy común alrededor del mundo, y la solución más cercana es tirar el pan o usar solo las migas. Sin embargo, existe una técnica adecuada que te ayudará a recuperar esta corteza crujiente, sin necesidad de botarlo.
El truco se encuentra en entender cómo el calor y la humedad actúan sobre el pan. Eso sí, a pesar de que cada tipo de pan tiene su propio método, todos necesitan de una rehidratación con calor para volver a lo que una vez fueron.
Panes artesanales con corteza crujiente
Para el caso de panes artesanales como el baguette, el de masa madre o el de centeno; estos presentan una corteza gruesa con la parte interna húmeda. No obstante, el paso del tiempo, hace que los almidones del pan se cristalizan y expulsen la humedad, lo que endurece la corteza y reduce la miga.

Fácilmente, este proceso se puede revertir siguiendo estos pasos:
- Humedece ligeramente la corteza con agua.
- Colócalo en el horno a 180 °C durante 8 a 10 minutos si es pequeño, o hasta 15 minutos si es una más grande.
- Si deseas un acabado más crujiente, envuélvelo en papel aluminio los primeros 5 minutos y luego retíralo.
Pan de molde nuevamente suave
Al contener grasa, leche o azúcar, exponer el pan de molde a un calor alto, puede secarlo o dejarlo duro. Para revivirlo, el secreto está en darle calor levemente con un toque de humedad:
- En microondas: envuelve las rebanadas en una servilleta de papel ligeramente húmeda y caliéntalas entre 10 y 15 segundos.
- En sartén: calienta a fuego bajo y tapa el pan durante 1 minuto por lado.
La esponjosidad en panes dulces
Tanto el pan de leche, challah o el brioche contienen mantequilla y azúcar, lo que provoca que se endurezcan al enfriar. Para darles una segunda vida, coloca el pan en una bandeja cubierta con papel aluminio y hornéalo a 150° por 5 a 8 minutos.

El resultado será un pan nuevamente suave y una superficie ligeramente dorada. ¡Ideal para acompañar con café!
¿Qué pasa si el pan ya no tiene solución?
En caso el pan esté demasiado duro para rehidratar, ¡aún se puede aprovechar de otras formas deliciosas!
- Pan rallado: corta el pan en trozos, déjalo secar por completo y tritúralo en procesadora. Guárdalo en un frasco hermético y tendrás un ingrediente útil para empanados o gratinados.
- Crotones: corta cubos pequeños, mézclalos con aceite de oliva, sal y especias, y hornéalos a 180 °C durante 10 minutos. Quedan perfectos para sopas y ensaladas.
- Budín de pan: remoja los trozos en leche o mezcla de leche y huevos, añadir azúcar, canela o ralladura de limón y hornear hasta que cuaje. El resultado es un budín suave, aromático y dorado.
¡Porque en la cocina nada se desperdicia! Y con la combinación justa de vapor y calor, la mayoría de panes tienen una oportunidad adicional. Como recomendación, para conservarlo más tiempo, guárdalo en bolsas de tela o papel.
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