Esto es lo que le pasa a tu cuerpo cuando comes hígado de res
El hígado de res es considerado un súper alimento que, debido a su alto valor nutricional, no debe faltar en tu mesa.
El hígado de res es uno de los alimentos de origen animal más nutritivos y saludables; por ello, los especialistas recomiendan incluirlo en toda dieta que se considere balanceada. A esto, se suman sus numerosos beneficios para la salud: recordemos que, gracias a sus altos niveles de hierro, es una carne ideal para prevenir (o combatir) la anemia.
A pesar de sus aportes nutricionales, existen algunos mitos que limitan su consumo: se dice –por ejemplo– que su sabor no es agradable o incluso que es un órgano que almacena demasiadas toxinas. Frente a estas especulaciones, aquí te compartimos sus principales propiedades, así como algunas ideas para que puedas prepararlo en casa.
¿Qué función cumple el hígado?
El hígado es uno de los órganos más grandes en los animales y cumple funciones realmente importantes. El hígado se encarga de limpiar la sangre de las toxinas y drogas, y de procesar los alimentos digeridos. Además, ahí es donde se almacena la glucosa, el hierro, las vitaminas y otros nutrientes. Por eso muestra tan altos valores nutricionales y tiene fama de acumular toxinas. Pero nada más alejado de la verdad. El hígado filtra, más no acumula toxinas. Las procesa para que podamos eliminarlas.
El hígado frito no falta en las mesas populares.Cuáles son sus beneficios nutricionales del hígado de res
El hígado es uno de los pocos alimentos que merecen el calificado de súperalimento, una palabra tan en boga en los últimos años. Sus valores nutricionales son realmente asombrosos, y basta una pequeña porción para superar el consumo diario recomendado. Por ejemplo, 100 gramos de hígado de res contienen casi 3500% de vitamina B12 —es decir, 35 veces más—, y casi 10 veces más de vitamina A, y dos veces más de B2 (rinoflavina) y más de la mitad del folato recomendado diario.
En lo que respecta al hierro, que es una de sus bondades más populares, 100 gramos de hígado basta para cubrir el 80% de nuestro consumo mínimo recomendado (para las mujeres en etapa de menstruación: 35%). Además, esta porción aporta 15 veces más cobre de lo que requerimos y lo mínimo requerido de colina, que es clave en el desarrollo cerebral y del hígado.
Las proteínas del hígado de res
Una de las cosas más asombrosas del hígado es que una cuarta parte de su peso es proteína, y proteína de la mejor. Esto se debe a que el hígado tiene todos los aminoácidos esenciales —es decir, que nuestro cuerpo no genera—. Además, el hígado ha demostrado ser bueno para las dietas de pérdida de peso, ya que su proteína da la sensación de saciedad y acelera el metabolismo, quemando más calorías. Y no, el hígado no es alto en calorías.
La cuarta parte de su peso es proteína de buena calidad.¿Y el colesterol?
Nuestro cuerpo produce y busca el equilibrio en lo que respecta al colesterol. Si nos falta, produce más, y si consumimos mucho, produce menos. Y aunque el hígado tiene indicadores altos en colesterol, este no es del todo malo, depende de quién lo consuma. Por ello, siempre se recomienda, en cuestión de dietas, consultar con especialistas.
¿Quiénes no deberían comer hígado?
Se ha encontrado que las mujeres en estados de gestación son sensibles al hígado debido a que este alimento contiene demasiada vitamina A (30 veces más de lo necesario), lo que podría estar ligado a defectos de nacimiento si se consume en exceso. Por otro lado, las personas que sufren de gota —un tipo de artritis causa por los niveles de ácido úrico en la sangre— tampoco pueden consumir mucho hígado.
¿Cómo prepararlo el hígado de res?
Ciertamente, el hígado tiene un sabor especial que hace no sea una carne muy solicitada en ciertos sectores socioeconómicos —que pueden optar por otras carnes—. Sin embargo, bien preparada y aderezada, puede convertirse en todo un manjar, siempre y cuando no se seque. El hígado encebollado o en escabeche es un plato muy sabroso y que aún se mantienen —o se ha rescatado del olvido— en ciertos comedores.
Los tallarines verdes con hígado frito es un clásico.También lo puedes incorporar a tus hamburguesas —en pequeñas porciones— o salsa bolognesa. Un secreto para quitarle ese sabor especial: remojarlo en leche o jugo de limón también ayuda. Y si buscas un sabor más ligero, te recomendamos el hígado de cordero o ternera, que tienen un sabor más suave.
Te dejamos una práctica receta de hígado encebollado:
Y a ti, ¿cómo te gusta el hígado?
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