5 consejos para ahorrar en alimentos

Los gastos en alimentación son claves en la economía familiar, junto con los gastos de casa, educación y salud. Por eso, en una coyuntura como la actual, con algunos precios por encima de lo normal, es importante tomar algunas medidas para estirar al máximo nuestro presupuesto de comida. 

Por eso, te damos estos 5 consejos para que tu ida al mercado no se convierta en un desfalco. Son medidas que toda persona que maneje un presupuesto puede deducir con la práctica; pero que siempre vale la pena recordar. A ver si te los sabes…   

Paso 1: haz tu presupuesto

Se estima que el aproximadamente el 50% de la economía familiar se destina a la alimentación. Por supuesto, se trata de un promedio que no se ajusta a la realidad de todas las casas, pero es importante organizar la economía considerando un porcentaje para cada rubro. De esta forma, podrás saber que dispones de cierta cantidad de dinero al mes para alimentos. Seguro habrá quienes puedan costear un menú diario, o salidas a comer a la calle regularmente; pero si la idea es ahorrar, nada como lo hecho en casa.

Paso 2: planifica tu semana

Una vez que tengas tu presupuesto de comida, organiza un menú semanal. Este deberá adaptarse a tu estilo de vida y actividad física. Ten en cuenta los principios de una alimentación balanceada: muchas frutas y verduras; pocas carnes rojas; más pescado, menos productos procesados. Organízalo día por día, y fíjate en lo que necesitas comprar para poder prepararlo. No pienses en un lomo fino si eso se consumirá la mitad de tu presupuesto. Es un poco tedioso, sí, pero es la base para un buen manejo de tu presupuesto. Y para lo que viene después.      

Paso tres: no compres de más 

Una vez que tienes claro tu presupuesto y tu menú, las compras caen por su propio peso. Sí, siempre puedes comprar un poco más de esto o de aquello; pero quienes hacen las compras suelen conocer las costumbres de su hogar. Quiénes dejan y quiénes repiten. Si algún producto que necesitabas para el menú de pronto se disparó o no lo encuentras, piensa que siempre es posible encontrar un sustituto del mismo precio o más económico. 

No olvides, además, que aquello que no se come hoy se puede comer mañana. De esta forma, puedes llegar al viernes con un pequeño banquete de recalentados. Y si ves que hay comida que no se va a comer, o tienes fruta que se puede malograr, congela si es posible, o dale un nuevo uso: una mermelada, un postre, un helado o encurtidos que prolonguen su vida útil. El no comprar de más es precisamente para no desperdiciar; así que trata de consumir todo lo que compras.   

Paso cuatro: más cuesta menos 

Comprar por volumen siempre va a ser más económico que comprar de a pocos. El precio de cinco kilos de azúcar no es igual al de un kilo multiplicado por cinco —tampoco al de 50 kilos—. Por eso, con ciertos productos es conveniente a veces comprar volumen. Hablamos del arroz y las menestras, las conservas, harinas y pastas, que tienen una vida útil más larga que una lechuga. Pero claro, no siempre tenemos el efectivo para ese desembolso y por eso compremos de a pocos.

Es ahí donde entran en juego los lazos comunitarios o familiares, personas con las que puedes comprar en conjunto para aprovechar ese diferencial que, si lo sumas, se siente. De esta forma, además, puedes comprar no solo productos de larga vida, sino incluso productos frescos: piensa en la caja o java de naranja, o en un saco de papa, que puedes comprar a un muy buen precio y repartir entre tu comunidad. Cuando se compra así, se nota el ahorro.

Paso cinco: aprende a comprar

Este consejo es algo así como la suma de todos los saberes para hacer mercado. Suena a algo redundante, pero, para quienes buscan ahorrar o gastar menos, hay mucho que aprender a la hora de comprar. Por ejemplo, y esto es lo principal: saber dónde comprar. Porque no es lo mismo comprar fruta en la bodega de la esquina que en el mercado del distrito (el internet puede ser muy útil para comparar precios en muchos negocios). ¿Y si eso que ahorraste en el mercado lo tuviste que gastar en movilidad?

Quien sabe comprar, por ejemplo, sabe la frecuencia con que se dan las ofertas en los supermercados o dónde conseguir mejores precios para algunas cosas. Sabe que los productos que llevan la marca del supermercado suelen ser más baratos que la competencia (¡y son lo mismo!). Tiene su casera o casero que siempre le regala algo; conoce el puesto de pollo, pescado y carne, a buen precio. 

Un buen comprador aprovecha también los sistemas de delivery, porque casi todos los aplicativos de compras virtuales regalan crédito la primera vez que los usas, o cada 15 o 30 días, para fidelizarte. Puedes usar todos cada cierto tiempo y verás que para algunas compras es muy útil. Y también usa, cuando lo cree conveniente, los puntos acumulados para comprar algunos productos. 

La verdad es que hay mil maneras de reducir gastos a la hora de comprar comida. Pero la principal es reducir las compras a lo que realmente vas a comer. Luego, en casa, hay varias maneras de aprovechar la comida para no desecharla. Pero ese es motivo de otra nota. 

Y tú, ¿cómo ahorras en tus compras de comida?