¿Cómo preparar una mermelada de fresa casera con pocos ingredientes?
Aprovecha la fruta madura y obtén de forma sencilla una deliciosa mermelada para tus desayunos.
Cuando la fruta está muy madura –por lo general– la descartamos y casi siempre termina en el bote de basura. Esa es una mala práctica que podemos cambiar. ¿Cómo? Aprovechando los frutos maduros en la preparación de una sabrosa mermelada libre de conservantes o aditivos. Para ello, solo necesitas dos ingredientes: fresas y azúcar. ¡Empecemos!
Limpiar y cortar las fresas para eliminar la ramita y las partes malogradas.Pasos previos
Antes de iniciar la preparación, lava las fresas con abundante agua y retira las partes que consideres que se encuentran en mal estado. Luego, pon a hervir un poco de agua en una olla y, con mucho cuidado, sumerge (durante unos minutos) los frascos de vidrio que te servirán para almacenar la preparación. De esa manera, lograrás desinfectarlos. Por último, los debes retirar de la olla y ponerlos a secar.
Los frascos pueden ser reciclados, pero deben limpiarse y desinfectarse.La receta
- Tradicionalmente se usa la proporción 1-1. Es decir, debes colocar la misma cantidad de azúcar y de fruta. Por ejemplo: 500 gramos de azúcar por 500 gramos de fresas; no obstante, para evitar el exceso de dulzor, podrías disminuir la cantidad de azúcar.
- Dicho esto: vierte las fresas y el azúcar en una olla y cocínalas a fuego medio. Eso sí, no pierdas de vista la preparación para evitar que – cuando rompa el hervor– el contenido rebalse.
- ¿Cuál es el punto ideal? Esto dependerá de tu gusto y, sobre todo, del tiempo de cocción. Si prefieres la mermelada con trozos de fresa, puedes extraer la preparación un poco antes. Pero, la consistencia será un poco más suelta porque el líquido aún no se habrá evaporado en su totalidad. Si te gusta la mermelada más espesa, entonces puedes esperar a que se disuelva toda la fruta.
- Una vez culminado este proceso, vierte la preparación en un frasco, tápalo e inmediatamente colócalo de cabeza para crear el efecto de vacío y sellar el recipiente. Con este procedimiento, la mermelada podrá mantenerse sin refrigerar durante varios meses. Recuerda: una vez abierto el frasco, no olvides refrigerarlo para evitar que el contenido se malogre. Por cierto, fíjate que el recipiente sea resistente al calor. De lo contrario, puedes dejar que la preparación se enfríe y almacenarla directamente en la refrigeradora.
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