¿Por qué mantener los alimentos refrigerados?: la cadena de frío
Un concepto básico para garantizar la inocuidad de los alimentos, prolongar su vida útil y reducir gastos.
Parodiando al poeta Antonio Cisneros: manejar una cocina —gestionarla— no es fácil, pero se aprende. Sea que se trate de un negocio de alimentos pequeño, medio o grande, o de la gestión doméstica mínima, hay ciertas prácticas que son vitales para evitar gastos innecesarios, y para que lo que comamos no nos caiga mal. Uno de estos conceptos claves para que nuestra cocina funcione es la refrigeración y la cadena de frío. ¿Has escuchado este término antes? ¿Sabes a qué se refiere? ¿Sabes cuáles son sus beneficios? En esta nota lo explicamos para que empieces a aplicarlo ya mismo.
Nociones básicas
Hay cosas que uno aprende sobre la marcha. Cuando empezamos a preparar alimentos o encargarnos de la alimentación de nuestra casa aprendemos por error cosas muy simples, pero con un impacto importante: comprar solo lo necesario, por ejemplo, o cocinar siempre un poco más, por si alguien nos visita o para aprovecharlo más adelante. Este tipo de prácticas es bueno interiorizarlas porque de verdad son determinantes.
Sin embargo, hay otras nociones o prácticas que no son tan simples, pero igual o más importantes. Una de ellas es la contaminación cruzada, que ya hemos tocado en esta nota, y la cadena de frío; dos conceptos con un impacto tremendo en la industria de alimentos porque pueden ser la diferencia entre un almuerzo reponedor y delicioso, y una intoxicación.
Ciertas verduras y frutas necesitan mantenerse refrigeradas para que duren más y se mantengan en buen estado.¿Qué es la cadena de frío?
Se trata del control de la temperatura a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos —aunque también se aplica en el campo de la medicina—: desde la producción, pasando por el procesamiento, almacenamiento, transporte, distribución y consumo. Piensa, por ejemplo, en la leche o en los productos lácteos; o en los pescados y mariscos. Una buena cadena de frío mantiene los alimentos correctamente refrigerados para que lleguen nuestras manos en las mejores condiciones.
La contaminación cruzada es una de las principales causas de enfermedades alimenticias.¿Y en casa también?
Ciertamente, los consumidores y consumidoras también tenemos vela en este entierro. Imagina que compras un litro de helado, pero en vez de volver casa inmediatamente y llevarlo a la refri, vas al banco o te entretienes conversando con alguien. Para cuando quieres refrigerarlo ese helado ya perdió sus propiedades originales y definitivamente la experiencia de comerlos no será la misma que si se mantenía esa cadena de frío. Ahora imagina que no es un helado, sino un pollo o un pescado. ¿Qué pasa si se rompe la cadena de frío?
Los alimentos perecibles, como la carne de res, tienen que mantenerse refrigerados hasta minutos antes de consumirlos.Cuestión de salud
El control de la cadena de frío es importante porque nos garantiza que los alimentos que vamos a consumir no nos harán daño. Y es que, cuando ciertos alimentos se exponen a temperaturas superior a los 4 grados centígrados, no solo se empiezan a descomponer —y alterarse sus propiedades, como en el caso del helado—, sino que pueden favorecer el crecimiento de bacterias u otros microorganismos que afecten nuestra salud.
La cadena de frío es clave en los productos perecibles, como los pescados y mariscos, las carnes y lácteos, así como ciertas verduras y frutas. Por eso, a la hora de comprar también hay que tener presente este concepto. Los pescados y mariscos, que son alimentos sensibles a los cambios de temperatura deben mostrarse sobre una cama de hielo o mantenerse en cámaras frigoríficas. Y cuando llegues a casa igual: congela y refrigera. Solo así los alimentos mantendrán sus propiedades organolépticas y nutritivas.
Los pescados deben mantenerse refrigerados a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos.Cuestión de economía
Sí, la economía puede considerarse secundaria frente a la salud, pero indispensable para la buena gestión de una cocina. Un pollo fresco o un plato de comida que sobró que no se congelaron a tiempo es plata tirada al tacho. Una fruta demasiado madura o en proceso de degradación también. Hay muchas maneras de ahorrar plata en lo que respecta a los alimentos —jaleas, mermeladas, encurtidos, etc.—, pero la refrigeración es primero que todo. La refrigeradora es posiblemente el invento más importante en lo que respecta a los alimentos después fuego, es decir, de la cocción. Aprendamos a usarla correctamente y verás que lo vas a sentir en tu bolsillo.
Ah, y no olvides, la higiene en la cocina también es de suma importancia, sobre todo en verano. Así que ya sabes: limpieza, orden y buena refrigeración, para una cocina saludable, nutritiva y económica.