¿Qué alimentos saludables puedo comer para una nutrición balanceada?
Conoce los tipos de alimentos que le hacen bien a tu cuerpo.
Frutas frescas
Las frutas frescas son una sana fuente de nutrientes, fibra, agua y sustancias naturales antioxidantes y altamente beneficiosas para la salud. Aportan gran cantidad de minerales y vitaminas, y ayudan a retardar el envejecimiento celular, ya que concentran gran cantidad de vitamina C, vitamina D, vitamina A, vitamina E y del complejo B, las cuales aportan poderosos antioxidantes que regeneran las células de nuestro organismo. Asimismo, ofrecen buenos azúcares de fácil absorción (como la fructosa), los cuales se convierten en energía que nos mantiene activos durante todo el día; y líquidos que contribuyen a la hidratación del cuerpo. Además, no contienen grasas, salvo en los casos de las olivas, paltas y cocos; y sus fibras ayudan al correcto funcionamiento del aparato digestivo. Entre la gran variedad de frutas que existen, hay algunas privilegiadas que otorgan mayores beneficios a nuestro cuerpo. Entre ellas destacan el aguaymanto, los arándanos, el camu camu, el cacao, el coco, la granada, la manzana, el plátano, la tuna, las uvas, las fresas, el kiwi, la papaya y la piña. Estas cuatro últimas, además, son las que contienen mayor cantidad de agua.
En suma, las frutas frescas son una dulce fuente de nutrientes, fibra y agua. Por ello, se recomienda incluir por lo menos cinco frutas distintas en nuestra alimentación diaria.
Frutos secos
Los frutos secos son ricos en grasas saludables, que los convierten en alimentos energizantes. Asimismo, destacan por su alta concentración de ácidos grasos, como el omega 3 y 6, los cuales favorecen las funciones cerebrales, protegen el corazón y controlan los niveles de colesterol en la sangre. Los frutos secos más beneficiosos son las almendras, las nueces y los pistachos. Se recomienda consumir de 25 a 30 gramos de forma interdiaria.
Verduras, hortalizas y otros vegetales
Favorecen el equilibrio ácido-alcalino y mantienen las reservas de minerales. Por ello, son una gran opción para comenzar una alimentación con mayor presencia de alimentos alcalinos. Son una gran fuente de vitaminas A y C, las cuales actúan como antioxidantes que fortalecen nuestro sistema inmunológico y retardan el envejecimiento celular. Deben su color a pigmentos naturales que son antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades y evitar la aparición de células cancerosas. Asimismo, sus propiedades depurativas y antibacterianas favorecen la absorción de nutrientes y la eliminación de toxinas del organismo.
Verduras y tubérculos
Mención especial merecen los vegetales verdes, como el brócoli, la espinaca, los germinados, el kale, la espirulina y el té verde, que aportan pocas calorías y muchos nutrientes y fibras. El color verde lo otorga la clorofila (mientras más oscuros sean, mayor será su concentración), que aporta hierro favorable en la producción de glóbulos rojos. Estos vegetales regulan las funciones del hígado y los riñones al ayudar a eliminar sustancias tóxicas para el organismo; controlan los niveles de glucosa y grasas en la sangre; y son una buena fuente de hidratación, ya que contienen casi un 80 % de agua. Aportan, además, una gran cantidad de minerales, como el calcio, el potasio, el hierro, el magnesio, el fósforo y el zinc; y vitaminas A, C, E y K. Estos superalimentos verdes se repotencian si se combinan entre ellos y si se consumen de tres a cinco variedades al día.
Por su parte, las raíces y tubérculos aportan carbohidratos, azúcares, fibra, vitaminas y minerales como el potasio, el manganeso y el hierro, indispensables para una adecuada actividad muscular y evitar los calambres. Sus carbohidratos y azúcares se convierten en energía que potencia nuestro rendimiento. Asimismo, refuerzan nuestro sistema inmunológico, evitan trastornos digestivos y mantienen reservas de minerales en nuestro organismo. La zanahoria y el yacón tienen un gran poder alcalinizante, que los hace ideales para reducir los niveles de acidez en la sangre.
Los cereales
Los cereales y semillas ofrecen grandes cantidades de energía y fibra. Consumidos de manera regular, dentro de una dieta saludable, pueden brindar grandes beneficios a nuestro organismo. Por su alto contenido de proteína vegetal, estimulan el desarrollo y la regeneración muscular. Indispensables para niños en crecimiento y para deportistas. Ofrecen energía de alta duración, es decir, por un periodo más largo de tiempo, debido a su proporción de carbohidratos, que son de absorción lenta y gradual. Su aporte de fibra favorece el tránsito intestinal y evita el estreñimiento, contribuyendo a una digestión sana; así como al buen funcionamiento y desarrollo del sistema nervioso, la concentración y la memoria. Si bien son muy nutritivos en sí mismos, los cereales actúan mejor en combinación con otros alimentos (frutas, vegetales, carnes saludables, huevos y agua).