Lentejas: el truco para prepararlas al dente, guisadas y en sopa

Tres maneras de disfrutar de un alimento con una alta concentración de nutrientes.

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lentejas

Las lentejas simbolizan la abundancia, el bienestar y la fortuna; por ello, se suelen utilizar en distintos tipos de rituales y cábalas. En el caso del Perú, existe la creencia de que al consumir esta legumbre –especialmente los días lunes– es posible atraer la prosperidad económica a la familia. En todo caso, lo cierto es que, creamos o no en esta costumbre, las lentejas son un alimento rico en proteínas, minerales y vitaminas.

Por ello, para aprovechar sus propiedades y no consumirlas siempre igual —y aburrir o hastiar a nuestros comensales—, acá te dejamos tres maneras de preparar lentejas: en ensalada, guisadas y en una reponedora sopita. Pero antes, ¿por qué es bueno comer lentejas?

Los nutricionistas recomiendan consumir leguminosas (legumbres o menestras) al menos una vez a la semana. ¿Por qué? Porque son una rica fuente de proteínas de origen vegetal —por encima del pollo— y minerales como el hierro, el calcio y fósforo, así como de vitamina C y ácido fólico. Recuerda, eso sí, que para aprovechar al máximo sus aportes nutricionales, hay que combinarlas con algún cereal, como el arroz, por ejemplo. Pero veamos cómo prepararlas para los distintos usos que quieras darles. 

Las lentejas son un gran alimento y los peruanos las amamos.    Las lentejas son un gran alimento y los peruanos las amamos.

1. Para ensaladas frías

Para una ensalada, necesitamos lentejas al dente. Es decir, la idea es que no queden igual que cuando hacemos un guiso. Para ello, la clave es controlar la cocción, para que queden en su punto justo y no se pasen. ¿Cómo se hace eso? Cocinando las lentejas en abundante agua con sal (podemos agregar, además, una hoja de laurel y un diente de ajo, para darle sabor). Calcula unos 25-30 minutos a fuego medio, removiendo de cuando en cuando. Evita que revienten, ya que la idea es que queden al dente. Una vez listas, cuélalas y déjalas enfriar.

Para la ensalada, puedes combinar las lentejas con vegetales picados: lechugas, tomate, pepino, espinaca, berros, brotes variados; alguna proteína animal, como atún o pollo, y aderezarlo con un vinagreta simple; con un toque oriental (aceite de sésamo) o árabe: aliño con yogurt. Las opciones son miles. ¡Anímate!

Fresca, crujiente, nutritiva: una ensalada de lentejas siempre viene bien.   Fresca, crujiente, nutritiva: una ensalada de lentejas siempre viene bien.

2. Lentejas guisadas

Las lentejas guisadas deben quedar jugosas y suaves; es decir, un poco más cocidas que al dente. Las lentejas se deben abrir un poco, pero no sobre cocinarse, porque si no van a quedar como un puré. El secreto acá está en la cantidad de agua. Calcula, entonces, entre dos o tres tazas de agua por cada taza de lenteja, dependiendo como te gusten, o más secas o más jugosas.  Un tip: Puedes reemplazar el agua por caldo para que queden más sabrosas.

El sabor dependerá de tu aderezo y las especias que uses. La base para las lentejas incluye un aderezo de cebolla, ajo, ají amarillo —y panca, si deseas— y tomates picados (previamente pelados). Solo cuando el aderezo esté listo deberás agregar las lentejas crudas (si gustas las puedes remojar previamente una hora) y el agua (con su hojita de laurel). Una vez listas (30-40 minutos), agregas la sal y la pimienta. ¿Un poquito de comino? ¿Por qué no? ¿Culantro y zapallo loche para un sabor norteño? ¡Claro! Incluso papa y zanahoria cocidas, así como tocino, panceta o chorizo. Nuevamente: las combinaciones son infinitas. 

Se ve simple, hasta humilde, pero este plato está cargado de energía y nutrientes saludables.     Se ve simple, hasta humilde, pero este plato está cargado de energía y nutrientes saludables.

3. La sopita

La sopa de lentejas es tan entrañable como un abrazo, en especial en estos meses fríos. Como son ricas en energía, un plato de esta sopa vale por dos. La idea es que se agregue una buena cantidad de agua, pero no demasiada porque si no, no tomará cuerpo y quedará muy floja. Entonces, puedes prepararla como si fuera un guiso (con su aderezo de cebolla, ajo y tomate), un pedazo de carne de res y agregar la cantidad de agua que haga falta.

El punto de cocción también dependerá de cada uno (al dente o más suave: minutos más o menos), así como el sabor: español (con chorizo y páprica), indio (con un toque de cúrcuma o curry), criollo (con culantro), andino (con trigo y hierba buena). A esta sopa, además, puedes agregarle las verduras que quieras: papas, zapallito italiano, zanahoria, etc.

Una sopita de lentejas para estos días fríos.    Una sopita de lentejas para estos días fríos.

Acá te dejamos nuestra receta de lentejas con pescado, y la sopa de lentejas. Y a ti, ¿cómo te gusta comer esta menestra?

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