Corazón de pollo: 3 recetas caseras buenazas

Todos conocemos los corazoncitos de pollo; los hemos visto en las sopas y en anticucho. Y aunque son sabrosos y fáciles de preparar, no les damos el valor que realmente merecen. Pasa lo mismo con las otras menudencias del pollo —hígado, mollejas—, y con los interiores de la res y el cerdo. Comercialmente, no son considerados carne de primera.

El corazón es un músculo en permanente contacto con sangre, razón por la cual es rico en minerales, sobre todo hierro. Por eso, a las personas con baja hemoglobina o anemia les recomiendan comer corazón, hígado y sangrecita. El único punto en contra, nutricionalmente hablando, es que tiene mayor contenido de grasa que otras partes del pollo, en especial de la pechuga. Por eso es bueno limpiar bien los tejidos grasosos alrededor del corazón. 

Pero bueno, como podemos ver, los corazoncitos de pollo, al igual que sus pares de menor valor, son alimentos que merecen una oportunidad. Cuestión de imaginación y algo de curiosidad. Por eso, hemos escogido tres recetas de corazoncitos: los anticucheros —pero a la sartén—, un guiso norteño y un arroz con corazones —en vez de chancho—. Recetas que compartimos con ustedes, de todo corazón. Pero antes…

La previa

Al igual que con otras partes del ave, los corazones y menudencia deben mantenerse refrigerados siempre. Una buena cadena de frío prolonga la vida útil de los alimentos, pero además los protege de bacterias que puedan enfermarnos. Usualmente, los corazones vienen con el resto de la menudencia, pero los puedes pedir al peso, solos. No deben oler mal y tampoco tener mal color. Antes de poner manos a la obra, hay que lavarlos para que suelten toda la sangre que puedan tener dentro. Ahora sí, a cocinar.

Tres recetas caseras buenazas

Estas son tres recetas en las que el corazón va a reemplazar la carne de la receta original. Usaremos corazón de pollo en vez de res para la versión anticuchera en sartén; corazones en vez de carne de chancho, para el arroz, y finalmente, corazoncitos estilo norteño. ¡Provecho!

1. Corazoncitos anticucheros

El secreto de estos corazoncitos en un buen adobo o macerado, es decir, un aderezo en frío, el típico anticuchero: ají panca, vinagre, comino, sal y pimienta. Pero lo cierto es que puedes darle el sabor que gustes (tirado al rojo, o al verde, con hierbas andinas: huacatay, chincho, etc.). Unos 30 minutos mínimo. Luego, una buena sartén de hierro fundido, y fuego potente. Se van reducir, definitivamente, y ahí está la gracia: encontrar el punto que más te gusta. ¿Crocante? ¿Jugoso? Tú decides. Acompaña con ajicito, papas y choclo. 

2. Corazoncitos a la norteña

Como si fuera cabrito: dejamos los corazoncitos macerando en un aderezo de chicha de jora, ají amarillo, sal, pimienta y culantro. En una olla, aderezo de ajo, cebolla, ají amarillo y colorado. Cuando esté listo, agrega los corazones para que tomen color, y cúbrelos con el jugo del adobo, junto con una rama de cebolla china. Baja el fuego y deja que se cocine unos minutos. Corrige sal y sirve con culantro picado, yucas y arrocito blanco. También puedes acompañarlo con pasta, como su fuera un tuco (con zanahoria rayada y pasta de tomate). Solo no olvides que debe quedar bien jugoso. 

3. Arroz con corazones

El arroz con chancho es tremendo plato; pero con los corazones adquiere un matiz más humilde, pero no por eso menos sabroso o nutritivo. En una olla, dora los corazones en un poco de aceite; retira y reserva. En la misma olla, aderezo ajo, ají panca y palillo (cúrcuma). Luego el arroz lavado. Mezcla bien todo y deja que el arroz adquiera un tono nacarado, medio traslúcido. Arverjitas, choclo, zanahoria y el agua. Mezcla, baja el fuego y tapa. Una vez listo —graneadito o jugoso—, sirve con salsa criolla y plátano frito.

Y a ti, ¿cómo te gustan los corazones?