Cremas de verdura: 5 recetas buenazas

El cambio de clima bis invita a consumir platos calientes. Por eso, compartimos contigo cinco recetas de cremas de verduras que no tienen pierde.

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    cremas de verduras

    Cuando la temperatura baja, el cuerpo necesita calor. Y qué mejor remedio que un plato saludable, amable y sabroso de crema de verdura. Las hay ligeras como la de zapallo, como antesala del plato de fondo, y contundentes, que se bastan por sí mismas; cremas hechas de una sola verdura o de la combinación de varias. Las recetas son infinitas.

    Pero las cremas no solo nos calientan el cuerpo. También nos calientan el alma, el ánimo. Una crema de verduras, además, debe hacer destacar el o los insumos de que está hecha, para sentir el sabor del grano u hortaliza (salvo, claro, cuando son varias). Por eso, escogimos estas cinco recetas de cremas ricas y fáciles de hacer. Pero antes…

    La base son las verduras, por supuesto. Pueden ser frescas; pero la gran ventaja es que muchas de ellas las puedes tener congeladas y porcionadas listas para llevarlas a la olla. De esta forma evitas cualquier desperdicio (nada peor que tirar la comida a la basura, ¿no?). También puedes usar harina, para el caso de las legumbres: harina de garbanzo o de arverjitas. 

    Por otro lado, recuerda siempre es bueno un aderezo previo para levantar el sabor de las verduras —ajo, cebolla, poro, etc.—, o un buen caldo, que puede ser de verduras, de pollo o res. El resto, depende de tus gustos: los crutones, la leche fresca o evaporada, el queso o el aceite de oliva… Todo suma para hacerla más sabrosa. ¡Ahora sí, a cocinar!   

    El caldo de verduras le aporta sabor y nutrientes a las cremas.   El caldo de verduras le aporta sabor y nutrientes a las cremas.

    1. Crema de arverjitas

    Empezamos por la más sencilla, porque se hace con harina de arverjitas —la puedes reemplazar por la harina que gustes o combinar varias—. En un litro de agua o caldo disuelve media taza de harina de arverjitas, eliminando todos los grumos. Reserva. En una olla, dora un par de dientes de ajos picados —en mantequilla queda mejor que en aceite— y agrega la harina disuelta. Que hierva y espese. Agrega media taza de leche evaporada o crema de leche; mantequilla, sal y pimienta. Integra todo y ya. Sirve como te guste: con crutones, queso rayado o un poco de tocino crocante.   

    No olvides saltear unas arverjitas en mantequilla para acompañar el tocino.   No olvides saltear unas arverjitas en mantequilla para acompañar el tocino.

    2. Crema de zapallo

    Esta es quizás la más querida de todas las cremas del recetario nacional. Y posiblemente la más sencilla de hacer (prueba esta receta de crema de zapallo también). Para empezar, la base: un aderezo. Aunque basta con el ajo, puedes agregar más: cebolla, poro, apio. Una vez listo, agrega el zapallo en cubos —un macre carnoso, aunque puedes probar otras variedades—. Agua o caldo, y a cocinar. El zapallo se cocina rápido. Lleva todo a la licuadora, guardando caldo por si lo necesita, hasta agarrar la textura deseada. De vuelta a la olla que dé un hervor; corrige sal y pimienta, y listo. Acompaña con crutones, aceite de oliva y un poco de crema de leche.

    Con o sin crema de leche: ¿cómo te gusta la crema de zapallo?   Con o sin crema de leche: ¿cómo te gusta la crema de zapallo?

    3. Crema de espárragos

    Para esta receta, vamos a usar los espárragos blancos cocidos y en salmuera, pero puedes usar también los verdes frescos (que hay que sancochar). El secreto de esta crema es su textura: fibrosa o cremosa, todo depende de qué tanto la proceses. La base: ajo y cebolla con un poco de aceite de oliva. Una vez listo el aderezo, agrega los espárragos trozados (reserva unas cabezas para decorar). Cubre apenas con caldo o agua y que se cocine unos minutos. Lleva a la licuadora y de vuelta a la olla. En este punto puedes agregar unas papitas blancas cocidas, pollo —¿por qué no?— Corrige sal y pimienta, y decora con las cabecitas.

    Esta crema de espárragos blancos hará que no quieras tomar las instantáneas nunca más.    Esta crema de espárragos blancos hará que no quieras tomar las instantáneas nunca más.

    4. Crema de espinaca

    La espinacas es un alimento súper nutritivo, por lo que esta crema es perfecta para los más pequeños y pequeñas de casa. Luego del aderezo —mantequilla y ajo le van muy bien la espinaca—, un buen caldo de verduras o carne, y encima, el paquete de espinacas bien limpias. Que se cocinen bien unos minutos —se reducen mucho— y a la licuadora hasta que quede una crema pareja (tiene mucha fibra). Para darle cuerpo a esta crema vamos a usar un par de papitas amarillas cocidas y peladas. Llévalas al fuego con un poco de caldo hasta que se deshagan. Agrega la crema de espinaca, corrige sal y pimienta, y listo! Un huevo ponchado, y la gloria. No olvides probar esta receta de crema de espinaca también. 

    La crema de espinaca es un gran alimento, en especial para los niños y niñas en crecimiento.   La crema de espinaca es un gran alimento, en especial para los niños y niñas en crecimiento.

    5. Crema de choclo

    La única condición es usar choclos bien tiernos, para que la crema quede suave y cremosa. Para dos choclos, usa unas tres tazas de caldo de pollo o verduras. Licúalos los granos hasta que encuentres la textura deseada. Reserva. En una olla, tu aderezo y una vez listo, la mezcla de choclo. Sal y pimienta. Que se integre todo bien y rompa hervor. Apaga el fuego y agrega un buen chorro de leche fresca y uno o dos huevos batidos para que se cocinen en la crema. Puedes acompañar con un ajicito suave, un poco de queso fresco y unos granos de choclo para decorar. 

    Los choclos tiernos con el secreto de esta cremita práctica y sabrosa. Los choclos tiernos con el secreto de esta cremita práctica y sabrosa.
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