Por qué recomiendan poner sal en el microondas y para qué sirve
Este ingrediente es clave para prolongar la vida útil del electrodoméstico.


El microondas se ha convertido en un verdadero imprescindible de la cocina moderna. No solo porque nos saca de apuros calentando la comida en cuestión de segundos, sino también por la forma en que lo hace: emite ondas electromagnéticas que hacen vibrar las moléculas de agua, grasa y azúcar de los alimentos, generando calor desde el interior hacia afuera.
Pero este aparato no se limita a recalentar los alimentos. También es ideal para descongelar, derretir e incluso esterilizar esponjas (siempre con precaución). Sin embargo, lo que pocos saben es que existe un truco con sal que puede mejorar mucho la experiencia de uso. A continuación te lo revelamos.
¿Para qué sirve poner sal en el microondas?
La sal tiene la capacidad de absorber la humedad del ambiente. Esto significa que al poner un recipiente con sal dentro del microondas durante su uso, ayuda a retener parte del vapor que se genera. Esto se traduce en menos suciedad pegada en las paredes del aparato y, de paso, en comidas que conservan mejor su textura. Eso sí, este truco no reemplaza su limpieza. Funciona cuando se recalientan porciones grandes o en tiempos prolongados, pero el mantenimiento del microondas debe seguir siendo riguroso.

Además, ayuda a neutralizar los malos olores. La sal atrapa esas partículas que suelen quedar suspendidas después de calentar ciertos alimentos y mantiene el ambiente más fresco. Es útil frente al sobrecalentamiento de líquidos, cuando el agua está por encima de su punto de ebullición. Ahí, la sal actúa como un aliado extra para evitar accidentes.
¿Cómo hacer la mezcla de sal para el microondas?
La mezcla para limpiar el microondas solo lleva cuatro ingredientes: agua, limón, sal y bicarbonato de sodio. Lo único que hay que hacer es verterlos en un recipiente apto para microondas y calentarlos durante cinco minutos, hasta que el líquido hierva. Cuando termine, no abras de inmediato, espera unos tres minutos con la puerta cerrada para que el vapor haga su trabajo y ablande la suciedad pegada.

Después, espolvorea un poco de bicarbonato sobre una esponja húmeda, mójala con la misma mezcla y pásala por todas las superficies del aparato (paredes, techo, base y puerta). ¡Quedará como nuevo, sin tanto esfuerzo!
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