¿Congelar el pan es más saludable? Esto indica una especialista en alimentos

En las redes sociales, se ha viralizado un método para convertir el pan en un alimento más saludable. Muchos creen que almacenar el pan en el congelador puede modificar su composición y generar efectos positivos en la digestión. ¿Será realmente cierto? Esto es lo que dijo una especialista en alimentos.

¿Congelar el pan es más saludable?

La ingeniera de alimentos e influencer mexicana, Mariana Zapién, a través de un video en su cuenta de Instagram, comentó que congelar el pan genera la “retrogradación” del almidón. Es decir, cuando el pan permanece a bajas temperaturas, las moléculas del almidón se cristalizan y reorganizan, formando un almidón resistente a la digestión que no puede ser degradado por las enzimas gastrointestinales, lo que lo convierte en una fibra más “dietética” que alimenta a las bacterias buenas, actuando como un prebiótico y mejorando la salud intestinal.

¿Cómo congelar el pan para convertirlo en más saludable?

Si pensaste que debes comer el pan congelado, en realidad no es así. Puedes disfrutar de un pan caliente pero convertido en fibra dietética con los siguientes pasos:

Procedimiento:

1. En una sartén a fuego bajo, coloca el pan.
2. Deja calentar 2 minutos por ambos lados.
3. Guarda el pan en una bolsa y, cuando esté frío, almacénalo en el congelador.
4. Antes de consumirlo, retíralo de la refrigeradora y sácalo de la bolsa.
5. A fuego bajo, cocina o tuesta el pan.
6. Deja entibiar y listo.

¿Cuál es el beneficio de congelar el pan?

Congelar el pan y luego tostarlo para consumirlo ayuda a que la microbiota intestinal se beneficie de la fibra que, al no ser digerida es fermentada por las bacterias para favorecer el crecimiento de “bacterias buenas” que actúan como prebióticos, lo que contribuye a mantener una flora intestinal saludable. 

Además, este método de congelar el pan ayuda a disminuir el índice glucémico lo que ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre. Estos beneficios no solo los podemos obtener a través del congelamiento del pan, sino también almacenando a bajas temperaturas alimentos que contienen almidón, como la pasta, el arroz, la avena o la papa.

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