

El arroz con pato es el plato insignia de la culinaria norteña tradicional, en especial en lo que fuera el antiguo territorio Moche y Mochica, donde el pato tenía una presencia importante, tal como se puede ver en su iconografía. Pero con la llegada de los españoles y sus ingredientes, se gestó una nueva cocina, fruto del encuentro de las culturas nativas y foráneas: la cocina criolla.
Así pues, el pato nativo del Perú se cruzó con las variedades llegadas de otros hemisferios, lo que dio como resultado una variedad criolla, que es la que se popularizó en la región del norte peruano. Un pato que se cría en los corrales de las casas de campo, junto a otras aves y animales, como el cabrito y el pavo, libremente.
Y con las otras variedades de pato llegó también el arroz, el culantro y la espinaca, la cebolla y el ajo; que se encontraron con los ajíes peruanos, el zapallo loche y la chicha de jora.
Otra característica de la cocina criolla es que se adapta a los distintos territorios. Hay quienes usan chicha de jora, mientras que hay cocinas donde se prefiere la cerveza negra. Un ingrediente clave es el zapallo loche, una variedad característica del norte Mochica, que le aporta un aroma único. Es, además, uno de los pocos insumos peruanos con Denominación de Origen.
El arroz con pato es, pues, un plato que nació en el campo —donde, por supuesto, goza de muy buena salud—, para en los tiempos modernos ingresar a los salones más sofisticados y elegantes de las principales ciudades peruanas. Y también a las cocinas más humildes, en la forma de nuestro querido arroz con pollo, uno de los platos más populares de nuestro recetario.
Y a ti, ¿te gusta el arroz con pato?
Sarsa de cebolla:
El arroz con pato nació en el campo, y con el tiempo ingresó a los salones más sofisticados, donde se le aplicó técnicas de la alta cocina.