No es el lavadero ni la refrigeradora: este es el foco más infeccioso en tu cocina

¿Sabes cuáles son estos cinco puntos de riesgo en tu cocina? El último te sorprenderá.

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limpieza de la cocina

La cocina nos provee alimentos y momentos de felicidad. Pero si no la cuidamos correctamente, puede, también, ser motivo de malos ratos. Y es que, al tratarse de un ambiente extremo —fuego, líquidos, movimiento—, la cocina y su entorno pueden ser foco de infecciones o contaminaciones de cuidado. Conceptos como la contaminación cruzada y la cadena de frío son claves para evitar enfermarnos.  

Por ello, las medidas de higiene en cocina no hay tomarlas a la ligera; especialmente en los meses cálidos, que es cuando las bacterias y microorganismos encuentran tierra fértil para reproducirse y desarrollarse. A continuación, cinco focos infecciosos en la cocina, a los que menos atención les damos.   

1. El lavadero y escurridor

Pensamos que el lavadero es como un agujero negro que lo absorbe y desparece todo: restos de comidas dejados en los platos y ollas, pero también de los alimentos que estamos preparando. Sobre el lavadero lavamos el exceso de tierra de las frutas y verduras, al igual que el pollo y el pescado. Todo lo cual puede contener elementos contaminantes. 

El problema es que todo el riesgo se traslada luego al escurridor, donde los platos, cubiertos, vasos y demás implementos reposan hasta secarse. Por eso es muy importante tener el entorno del lavadero siempre bien limpio y desinfectado. Pero sobre todo, seco, porque la humedad es caldo de cukltivo para microorganismos. Acá puedes leer una nota sobre el cuidado del lavadero

El lavadero lo usamos para todo, sin medir las consecuencias.    El lavadero lo usamos para todo, sin medir las consecuencias.

2. Secadores, trapos y esponjas

Estos tres objetos, que solemos usar intensivamente en la cocina, son potenciales focos infecciosos, porque solemos usarlos más de la cuenta o no los lavamos y desinfectamos como es debido. Puedes revisar esta nota sobre cómo desinfectar las esponjas de cocina y esta otra sobre los secadores, ese gran amigo del cocinero y cocinera, que nos sirve de mil maneras. ¿Qué hacer, entonces? Mantenlos limpios y secos, y lávalos concienzudamente. Algo que funciona muy bien: luego del lavado, y aún húmedo, calentarlo unos minutos en el microondas; es casi un método quirúrgico.  

Los secadores, trapos y esponjas son un foco de contaminación poco considerado.    Los secadores, trapos y esponjas son un foco de contaminación poco considerado.

3. La refri

Uno de los inventos más revolucionarios en la historia de la alimentación, también es capaz de acoger bacterias prehistóricas. Aunque el refrigerador posterga el proceso de descomposición de los alimentos —prolongando su vida útil—, muchas veces nos olvidamos de hacerle la limpieza que merece. Solo nos acordamos cuando los malos olores o los hongos empiezan a proliferar. En la refri también puede ocurrir una contaminación entre los alimentos, por eso es clave saber cómo organizar su contenido; los distintos espacios en que está dividida esa caja fría tiene un sentido, por si acaso.   

Una refrigeradora sana no huele mal y tiene los productos bien organizados y aislados.    Una refrigeradora sana no huele mal y tiene los productos bien organizados y aislados.

4. Los utensilios

Cortar, picar, pelar; desmenuzar, secar, apanar. Para cocinar hacen falta implementos, utensilios que nos faciliten las tareas culinarias. El riesgo acá consiste en olvidar para qué los usamos, sin considerar su correcta limpieza. Con el mismo cuchillo con el que deshuesamos un faisán, de pronto pelamos una papa. Un objeto que hay que mantener siempre limpio es la tabla de picar; por eso mejor tener al menos tres: una para carnes, otra para verduras y frutas, y otra para pescados. Y no olvidar el mandato primero de todo cocinero o cocinera: se usa, se limpia.  

5. Las manos

Sí, el principal foco de infección en una cocina somos nosotros mismos. Aunque en nuestras casas pasamos por alto algunas “cosillas”, en los restaurantes o negocios dedicados al servicio de alimentos esto puede tener consecuencias lamentables. Nuestras manos, no lo olvidemos, son nuestra principal herramienta; pero si la usamos sin cuidado pueden trasladar bacterias o agentes infecciosos de un lugar a otro, y a la misma comida. Por eso es clave que en toda la cadena de suministro de alimentos siempre nos lavemos las manos; antes, durante y después de cada tarea. Un acto que debe ser inmediato, casi reflejo.

Nuestras manos y utensilios tienen que mantenerse limpias para evitar la contaminación cruzada.    Nuestras manos y utensilios tienen que mantenerse limpias para evitar la contaminación cruzada.

Ya sabes, la limpieza y el orden son claves para evitar tener al enemigo en la cocina. 

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