Choros: aprende a limpiarlos
Si tienes pensado preparar choros, tienes que aprender a escogerlos y limpiarlos para evitar malos ratos y disfrutarlos al máximo.
A mucha gente le gustan los choros; pero los prefieren ya listos, sea en una fuente de choritos a la chalaca o en una parihuela. Preparar choros, sin embargo, no es una tarea difícil. Hay que saber escogerlos, para consumir solo los más frescos —vivos aún— y limpiarlos correctamente para evitar malas experiencias.
Pero una vez que domines estas tareas, podrás consumir este y otros moluscos más seguido; ya que son una excelente fuente de nutrientes a un precio muy accesible. Pero primero lo primero: aprender a escogerlos (puedes revisar esta nota sobre cómo escoger choros al respecto).
Una cuestión de salud
Los choros son un alimento sensible que requiere un manejo adecuado para su consumo. Como otros productos marinos, que se descomponen con facilidad, los choros necesitan una adecuada cadena de frío, que garantice que se mantengan frescos y en buen estado. Por ello, es importante que los compremos en puestos o negocios confiables, bien refrigerados —sobre una cama de hielo—, y nunca a la intemperie o al sol.
Los choritos a la chalaca son uno de los platos favoritos del verano costeño.¿Cómo luce un choro fresco? Para empezar, debe tener las valvas cerradas y en buen estado —no deben estar rotas o quebrabas—. Si tienen las valvas abiertas, deben cerrarlas al contacto. Además, al golpearlas deben emitir un sonido macizo. Finalmente, no debe tener mal olor. Por el contrario, los productos marinos frescos deben tener un olor marino neutro; no a productos en descomposición. Por ello se recomienda comprar los choros en sus valvas, ya que así se puede confirmar su frescura; salvo que los compres enlatados y listos para comer.
Los pescados y mariscos deben venderse bien refrigerados; evita los puestos donde están a la intemperie y sin hielo.¿Cómo limpiarlos?
Como los choros viven en las costas, rodeados de algas y otras especias de moluscos, suelen tener restos en sus conchas. Para sacarlos y dejarlos limpios, usa un cepillo con cerdas metálicas bajo un chorro de agua corriente. Eso es todo lo que necesitas: una buena cepillada y ya. Termina de limpiar la superficie con más agua y un paño de tela, para queden lizos.
Los choros, como los mejillones, tienen que estar bien limpios, para evitar problemas de salud.Recuerda que los choros se van a abrir una vez que los cocines (no olvides cortar la cocción con agua fría). Abre bien las valvas y retiras las viandas y filamentos para quedarte solo con el cuerpo del choro. Ahora sí están listos para prepararos como prefieras. Aprovecha el caldo del choro en caso vayas a hacer una parihuela o un arroz con mariscos. ¡Provecho!