¿En qué momento se debe echar sal a las frituras para que queden perfectas?

Aunque existen métodos más saludables para cocinar alimentos, la fritura sigue siendo una técnica de cocción ampliamente empleada en la cocina.

Al igual que con cualquier técnica culinaria, es importante conocer las recomendaciones específicas para la fritura. Una de ellas tiene que ver con el uso de la sal. Si decidimos incluir alimentos fritos en nuestra dieta, aunque sea de forma ocasional, es fundamental saber cómo hacerlo correctamente. Sobre todo, para reducir al mínimo la absorción de grasas y componentes dañinos para el organismo.

Por lo que, surgen dudas sobre cuándo es el mejor momento para agregar sal durante este proceso. ¿Será antes, durante o después de freír? En este artículo, responderemos esa pregunta y algunos consejos para freír adecuadamente.

¿En qué momento salar las frituras?

Según el experto nutricionista Luis Alberto Zamora, lo más recomendable es sazonar las frituras al final, es decir, una vez que los alimentos ya están fritos y siguen calientes. Esto porque, si se añade sal durante la fritura, parte de ella puede caer al aceite caliente, acumularse en el fondo de la sartén o freidora y acelerar el deterioro del aceite. Esto podría afectar la calidad de las frituras posteriores, haciéndolas más dañinas para el organismo.

Por otro lado, si se salan los alimentos antes o durante la fritura, la sal se disuelve, lo que hace que los alimentos pierdan su textura tersa y crujiente.

En resumen, según las recomendaciones de Luis Alberto Zamora, es importante añadir sal a las papas fritas u otros alimentos al final del proceso de fritura, para conservar mejor la calidad del aceite y mantener la textura de los alimentos.

¿Cuál es la temperatura correcta para freír?

Para obtener resultados óptimos al freír alimentos, es fundamental tener en cuenta: la temperatura, el tipo de aceite seleccionado y la cantidad utilizada. Estos son los elementos fundamentales que influyen en una fritura exitosa.

Pero en términos generales, se puede decir que si la temperatura es demasiado baja, los alimentos se cocinarán en lugar de freírse, lo que resultará en una absorción excesiva de aceite, un mayor contenido calórico y una digestión más difícil. Por el contrario, si la temperatura es demasiado alta, los alimentos se quemarán rápidamente por fuera y no se cocinarán adecuadamente por dentro. Para lograr una fritura correcta, es crucial mantener la temperatura adecuada según el tipo de alimento que se esté cocinando.

• Si los alimentos son grandes, es recomendable utilizar aceite a una temperatura que varíe entre 120 y 140 grados Celsius al freírlos.
• Si se trata de alimentos precocinados y congelados, es necesario freírlos a una temperatura de aproximadamente 150 grados Celsius. Esto permitirá que se forme una capa exterior crujiente sin quemar el interior y ni dejarlo frío.
• Cuando se trata de alimentos que necesitan una cocción rápida, será necesario aumentar la temperatura hasta alcanzar los 170 grados Celsius.

Lo importante es evitar el punto de humo, es decir, el momento en el que el aceite empieza a humear.

¿Cuál es el mejor aceite para freír los alimentos?

En 2015, el programa “Trust Me, I'm a Doctor” de la BBC buscó la ayuda del profesor Martin Grootvelt de la Universidad De Montford Leicester (MDU) para determinar cuál es el aceite más saludable para cocinar. El profesor Grootvelt, experto en Química Bioanalítica y Patología Química, llevó a cabo un experimento con un grupo de voluntarios en el que se probaron varios tipos de aceite, como maíz, vegetal, girasol, oliva, mantequilla, grasa de ganso y lardo.

El equipo de investigadores se sorprendió por los resultados obtenidos al analizar las muestras de grasa utilizadas por los voluntarios. Llegaron a la conclusión de que el aceite de oliva extra virgen, junto con la mantequilla y la grasa de ganso, eran los que mejor se comportaban a altas temperaturas. De hecho, descubrieron que los aceites de girasol y maíz producían niveles de aldehídos 20 veces más altos que los límites permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En resumen, según el estudio publicado en el Journal of the American Oil Chemists' Society (AOCS), es recomendable utilizar aceite de oliva para freír y cocinar debido a que genera niveles más bajos de compuestos tóxicos y los compuestos que se forman son menos perjudiciales para el cuerpo humano. Esto se debe, en parte, a una menor cantidad de grasas poliinsaturadas, como el omega-3, y a un mayor contenido de grasas monoinsaturadas (omega 9), que son componentes principales del aceite de oliva.

Aquí tienes algunos consejos adicionales para freír alimentos de manera adecuada:

• Evitar superar el punto de humo del aceite utilizado para freír.
• No mezclar aceite fresco con aceite usado, y tampoco combinar diferentes tipos de aceite.
• Antes de freír alimentos, es importante secarlos completamente con papel absorbente. 

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