¿Es malo comer el pellejito del pollo?

Los peruanos y peruanas somos amantes del pollo —es la carne más consumida a nivel nacional—, al punto que uno de nuestros platos bandera es el pollo a la brasa. Y dentro de este universo de amantes del pollo, hay 2 bandos: los que comen —y aman— el pellejo, y los que no. 

Y es que la piel del pollo ha ganado fama de ser alto en grasas y dañino para la salud. ¿Realmente eleva el colesterol? ¿Qué dicen la ciencia respecto de  la piel del pollo? Veamos.

Efectivamente, la piel del pollo ha sufrido de una mala percepción respecto de sus efectos a la salud. Y en esto se debe a la mala fama de la grasa en general, y del colesterol en particular. Hoy sabemos que hay grasas buenas y malas; y que los alimentos o productos no son buenos o malos por sí mismos, sino que todo depende de la recurrencia, estilos de vida y de cada persona. Por eso, hay que evaluar cada caso individualmente y con una mirada holística.

Qué dicen los nutricionistas

Lo cierto es que la piel del pollo no tiene grasas saturadas, que son las dañinas. Por el contrario, la grasa de la piel de nuestra ave predilecta es insaturada y poliinsaturada, dos tipos de grasa beneficiosas. Por otro lado, el pellejo sirve como protección para la carne, evitando que se seque o que se abuse del aceite. Pero…

Los peros 

Nuevamente, todo en exceso es dañino, y la grasa del pellejo puede ser perjudicial si se consume de manera frecuente. Y claro, si estás pensando en controlar tu peso o sufres de obesidad o colesterol alto, mejor evitarla. Además, todo depende de cómo se prepare o cocine el pellejo. La piel del pollo a la brasa suele cocinarse hasta quedar crocante, con partes quemadas que no son precisamente saludables (como cualquier carne a la parrilla que termina quemadita). Lo mismo con el pollo broster, que se cocina en abundante aceite. 

Por eso, hay que tener en cuenta que la alimentación no es un camino de una sola vía, sino que nos lleva a distintos destinos dependiendo de la forma en que cocinemos, de nuestro estilo de vida —sedentario, activo–, edad e incluso sexo. 

 A ti, ¿te gusta el pellejito?