La increíble historia de la familia peruana que forjó un imperio en EE.UU. con el pollo a la brasa
A lo largo de más de 40 años, esta familia ha sabido cautivar a sus clientes con su exquisito pollo a la brasa.
De Perú a Estados Unidos
En 1971, la familia Escobar Atoche tomó la decisión de trasladarse a Estados Unidos con la esperanza de construir un futuro mejor. Aunque, ser dueña de un restaurante no estaba en los planes de Rosa cuando emigró a los Estados Unidos, se estableció en Connecticut para estudiar enfermería. Sin embargo, el desagrado de su esposo por el clima los llevó a trasladarse a Los Ángeles. En esta ciudad, Rosa trabajó en la industria de la confección, perfeccionando sus habilidades en el oficio hasta que pudo reunir los recursos necesarios para fundar su propia fábrica de ropa. A pesar de dirigir el negocio durante más de una década, la pareja finalmente optó por venderlo debido a complicaciones operativas.
Mientras contemplaban su próximo emprendimiento, Rosa empleaba sus habilidades culinarias preparando platos peruanos para los partidos de fútbol recreativos de su esposo. Impulsada por el aliento de los jugadores, quienes la animaron a convertir su talento culinario en un negocio propio.
Pollo a la brasa en Estados Unidos
Rosa concibió la idea de abrir una pollería después de probar un pollo asado al estilo peruano en un centro comercial. "Fuimos a comprar algo de comida a un centro comercial cercano y, de repente, vi pollo asado en un horno, al estilo peruano. Me apresuré y pedí 1/4 de pollo. Fue una experiencia horrible", expresó Rosa. Al quejarse con el dueño, este le informó que el restaurante estaba a la venta. Rosa llamó a su esposo, quien acudió dispuesto a comprar el lugar. "Mi esposo inmediatamente escribió un cheque y cerró el trato. Nos fuimos muy emocionados, pero luego nos preguntamos: '¿Y el dinero?'". Después de todo, no contaban con suficiente dinero para adquirir el restaurante. "Le dije a Salomón: 'Vamos a vender nuestra casa'. Establecimos un precio bajo para que se vendiera rápido y, en solo tres días, ya estaba vendida. Así es como comienza la historia de nuestro restaurante".
Rápidamente se difundió la noticia sobre la pollería de Lawndale, que pronto atrajo a clientes peruanos y no peruanos que esperaban pacientemente en la fila afuera del restaurante, que solo contaba con cinco mesas.
Rosa atribuye la creciente y diversa clientela de El Pollo Inka a las fusiones culinarias del Perú, las cuales comparten similitudes con varias cocinas del mundo. "A nuestros clientes árabes les encantó el seco de cordero porque están acostumbrados a comer mucho cordero. A los clientes chinos les gustó mucho el lomo saltado porque les recordaba a sus sabores", comentó Rosa.
Aunque Rosa Escobar recuerda que el camino no fue fácil, con esfuerzo y dedicación lograron crecer. Los hermanos menores de Rosa pasaron de lavar los platos en el restaurante a abrir sus propias franquicias, incluido Pollo Inka Express, una versión del restaurante para autoservicio. "Nunca esperé tener un restaurante y que sería un negocio familiar tan exitoso", dijo Rosa. "Mi éxito no es solo mío, también es el de mis hermanos".
Pollo Inka visitado por famosos
La sazón de Pollo Inka ha conquistado a famosos como Don Francisco, Nicky Jam, Carmen Villalobos, Alejandra Guzmán y más.
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