

El ajo es una de las plantas medicinales más usadas desde la antigüedad. Tiene un alto valor nutritivo, ya que es rico en vitaminas y en minerales (antioxidantes y antitumorales) como el selenio. Asimismo, se le considera un antibiótico natural y un gran descongestionante.
Según los especialistas, el ajo aumenta las defensas y ayuda a superar procesos infecciosos. Protege también el aparato respiratorio, digestivo y urinario. Por otro lado, gracias a sus propiedades desinflamatorias, ayuda a los pacientes con hígado graso. El ajo también tiene propiedades diuréticas que ayudan a eliminar las toxinas y además, estimula el tránsito intestinal, lo que contribuye a reducir la inflamación y los gases. Esto puede contribuir a conseguir un abdomen más plano y favorecer la apariencia física deseada.
Para tomar en cuenta: luego de consumir ajo, para neutralizar el sabor y el olor, puedes masticar clavo de olor o perejil. También puedes consumir “perlas de ajo”(aceite de ajo en cápsulas), que tienen los mismos beneficios que el ajo fresco.