El papa León XIV recibe zapallo loche y King Kong en el Vaticano, desde Chiclayo
El papa León XIV protagoniza un emotivo reencuentro con peruanos en el Vaticano y reafirma su profundo vínculo con el norte del Perú.


El lunes 19 de mayo fue un día distinto en el Vaticano. En el solemne Aula del Consistorio, espacio reservado para discutir temas importantes de la Iglesia católica, el papa León XIV recibió entre sus manos un zapallo loche, un dulce King Kong, algarrobina, artesanías y una prenda tejida por mujeres de Incahuasi. Y, por un momento, el norte del Perú se hizo presente en Roma.
La escena, capturada por L’Osservatore Romano, mostró algo más que un intercambio de regalos. Fue un reencuentro entrañable entre el papa, antes obispo en Chiclayo, y un grupo de 60 peruanos que viajaron desde muy lejos para saludarlo. Algunos llegaron desde Lambayeque; otros ya vivían en Europa, pero todos llevaban en el corazón el recuerdo de aquel padre que, con acento gringo y alma chiclayana, marcó una etapa inolvidable en sus vidas.

Zapallo loche: Un símbolo de la identidad lambayecana
El zapallo loche no fue elegido al azar. Se trata de un fruto emblemático de la gastronomía lambayecana, usado en platos tradicionales como el cabrito norteño y el espesado chiclayano. Su aroma, sabor y valor cultural lo convirtieron en uno de los primeros productos peruanos con denominación de origen reconocida por Indecopi desde 2010.
Fue el alcalde de Pacora, José Luis Sipión Bornaz, quien se encargó de entregárselo al papa, reconociendo en él no solo un ingrediente culinario, sino una declaración de identidad. El loche no solo nutre el cuerpo, también evoca tradiciones ancestrales, transmitidas desde las culturas Cupisnique, Moche y Chimú. Ahora está en manos del papa, en pleno Vaticano, como una expresión de su amor por una tierra que él sigue llevando en el alma.

El papa León XIV y su conexión con la cocina peruana
Lo que más conmovió al pontífice durante el encuentro no fue solo la entrega del loche, sino lo que representaba: la memoria viva de una tierra que él todavía siente como propia. “Jamás, sinceramente, digo a ustedes, jamás me pasaba por la mente que iba a pasar lo que pasó”, confesó el pontífice con humildad, al recordar su inesperada elección como papa, arrancando sonrisas entre los asistentes.“Nuestro Dios de las sorpresas ha hecho una muy grande esta vez”, agregó con humildad.
El vínculo del papa León XIV con Chiclayo fue marcada por la comida. Así lo recordó la religiosa Margarita Flores, quien colaboró con él en su época de obispo: “Arroz con pollo y ají de gallina. (...) La señora que le cocinaba debe estar saltando de alegría. Ella se apellidaba Castillo. No tenía inconvenientes en prepararle lo que fuera, y todo lo que le cocinaba lo disfrutaba con gusto”, señaló a Latina.

Durante su paso por el norte del Perú, el hoy pontífice también probó ceviche peruano en diversas ocasiones. Su amor por la comida local fue tan auténtico como su cercanía con las comunidades rurales y urbanas de la región.
Papa León XIV: “¡Que viva Chiclayo!”
Durante la audiencia, el papa no ocultó su afecto por el Perú: “Ustedes saben muy bien que el Perú está muy presente en mi vida”, dijo. Y sus palabras, cargadas de afecto, cerraron con dos frases que arrancaron aplausos y gritos de emoción: “¡Que viva Chiclayo!” y “¡Muchas gracias y que viva el Perú!”.
El ambiente fue descrito como cercano y familiar por el sacerdote Guillermo Inca Pereda, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal Peruana, quien también participó en la audiencia: ”Diría yo hasta el punto que nos sentíamos casi en casa, realmente fue maravilloso y los peruanos, ya sabes cómo somos, fueron llevándole muchos regalitos, pero sobre todo mucho cariño, intenso amor al Santo Padre”, relató a ACI Prensa.
Te puede interesar: