Duraznos con altos niveles de plaguicidas sobrepasan los límites permitidos en Lima y Callao
Un reciente estudio revela concentraciones peligrosas de agroquímicos en duraznos en los mercados mayoristas de Lima.


Aunque el durazno es una fruta dulce y refrescante, esconde un gran riesgo. Un estudio realizado este año por el Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en Alimentos y analizado por el laboratorio Mérieux Nutrisciences, halló que cuatro de cada cinco duraznos contenían residuos de plaguicidas por encima de los porcentajes permitidos, representando un peligro para la salud.
Duraznos con exceso de agroquímicos en mercados de Lima
Se analizaron duraznos de la variedad Huayco distribuidos en cinco mercados de Lima y Callao: San José (Jesús María), el Gran Mercado Mayorista de Lima (Santa Anita), Lobatón (Lince), Bellavista y Minka (Callao), en el que se detectó lo siguiente: solo el Mercado San José de Jesús María cumplió con los límites establecidos. En cambio, los otros cuatro se declararon no aptos para la ingesta humana por exceso de plaguicidas. Bajo los estándares de EE. UU., ninguno habría sido considerada segura para su consumo.

El caso más alarmante se registró en el mercado Minka, donde se encontró la presencia del fungicida isoprotiolano en una concentración 45 veces mayor al límite legal, mientras que los niveles de agroquímicos como azociclotín y cihexatín fueron 20 veces mayores a lo permitido.
Consecuencias del consumo de duraznos con plaguicidas
El isoprotiolano puede causar irritación en la piel y los ojos, así como afectar la fertilidad y dañar los órganos internos. El ciprodinilo altera el funcionamiento de los riñones, la tiroides y el hígado. Por otro lado, el azociclotín puede provocar intoxicaciones por inhalación o contacto, y el cihexatín causar malformaciones congénitas y daños neurológicos.

Cómo evitar los plaguicidas en los duraznos
Las organizaciones que forman parte del Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en Alimentos hacen un llamado a reforzar la supervisión del Senasa y a extender el control a los pequeños y medianos agricultores, donde el uso de agroquímicos suele quedar fuera del radar estatal. Además, plantean la necesidad de implementar sistemas de trazabilidad que permitan conocer el origen de los alimentos y fortalecer las certificaciones de Buenas Prácticas Agrícolas para garantizar una producción más segura y sostenible.

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