Olvídate del bicarbonato: así puedes dejar tus ollas como nuevas

¿Te cuesta trabajo limpiar una sartén u olla con grasa pegado al fondo? ¿Intentaste de todas las formas posibles y aun así no puedes con ello? ¿Quieres cuidarlas, pero ya no sabes que otro secreto poder usar? Lo cierto es que existe un método tradicional, sin utilizar productos químicos fuertes.

En tal sentido, el truco casero consiste en mezclar vinagre blanco y sal. Juntos, se convierten en un aliado potente para cualquier cocina.

Cómo eliminar grasa sin esfuerzo

¡Olvídate del bicarbonato! Con este método ecológico tendrás resultados en cuestión de minutos. Además, al no contener químicos industriales, es ideal para quienes buscan una limpieza sustentable y que desean cuidar tanto la salud como el medio ambiente.

1. Coloca vinagre blanco en la sartén a fuego bajo por unos minutos. Esto ayuda a ablandar la grasa acumulada.
2. Agrega sal gruesa o fina (preferentemente gruesa, por su acción abrasiva natural).
3. Deja reposar la mezcla durante 5 a 10 minutos.
4. Con una esponja suave, frota la superficie. Verás cómo la grasa comienza a desprenderse fácilmente.
5. Enjuaga con agua caliente y seca bien con un paño limpio.

 Si la grasa está muy adherida, podés repetir el proceso o dejar reposar la mezcla durante más tiempo.

Beneficios de usar vinagre y sal para limpiar las ollas

Aunque no todos consideren que este método funcione; la realidad es completamente distinta. La combinación del vinagre y la sal prolongan la vida útil de los utensilios y evita el uso excesivo de detergentes.

Por un lado, el vinagre blanco es un desengrasante natural gracias a acidez (ácido acético), lo que ayuda a disolver grasas y restos de comida. Mientras que la sal actúa como un exfoliante natural, ideal para arrastrar la suciedad sin rayar el antiadherente ni afectar el material de la sartén.

Te puede interesar:

• ¿Tiras las cáscaras de mandarina? Mira lo que pasa si las mezclas con vinagre

• Este truco casero elimina la grasa pegada en el horno en minutos

• Lo que nunca deberías poner en tu salsa de tomate, según chefs italianos