Corta la cebolla sin llorar: Este es el truco definitivo confirmado por científicos
¿Aún lloras cuándo cortas cebolla? Este estudio científico revela que la clave se encuentra en utilizar un buen cuchillo.
Brisa Tello
¿Quién no ha soltado un poco de lágrimas al momento de cortar cebolla? Tal parece que, por más que se sigan una gran cantidad de trucos, de igual manera se llega al mismo resultado: llorar.
Ante ello, un grupo de físicos e ingenieros de la Universidad de Cornell se enfocó en buscar una respuesta para tanta frustración. En lugar de centrarse en la cebolla, investigaron los elementos externos. El estudio mostró que todo podría tratarse de un gesto tan simple como afilar el cuchillo.
Las razones por la que una persona llora al cortar cebolla
La investigación liderada por Zixuan Wu muestra que la forma en la que se corta la cebolla influye directamente en la cantidad de gotas que se emiten en el aire. De acuerdo con los autores, “la formación de gotas ocurre mediante un proceso de dos etapas: una expulsión inicial de alta velocidad impulsada por la presión interna de la primera capa de la cebolla, seguida por una fragmentación más lenta de ligamentos en el aire”.
Para evidenciar tal proceso, los investigadores utilizaron cámaras de alta velocidad con seguimiento de partículas y un dispositivo tipo guillotina que realiza cortes con diferentes cuchillos. Gracias a ello se pudo medir la velocidad, dirección y volumen.
Esto es lo que se debe hacer para no llorar al cortar cebolla
Con este estudio queda en evidencia que siempre se tiene que tener cuidado con los alimentos; sobre todo para llegar a prevenir enfermedades graves. A partir de los resultados obtenidos se puede obtener que:
- Utilizar cuchillos bien afilados: Con ello, se minimiza la compresión de la cebolla, lo que, a su vez, reduce el número y velocidad de las gotas.
- Evita cortar con movimientos bruscos: Ten en cuenta que la velocidad incrementa la energía de las gotas y, por ende, su dispersión.
- Piel interior de la cebolla: Solo conservarla si es completamente necesario.
- Dirección del corte: Aunque los efectos son menores, cortar a lo largo del eje puede requerir menos energía.
Todo podría tratarse de los cuchillos que se usan
Una de sus conclusiones más acertadas depende de dos factores: velocidad del corte y la nitidez del cuchillo. Es decir, cuando se usa una hoja roma o se corta muy rápido, las capas de la cebolla se comprimen antes de romperse. Tal situación genera una “explosión” de pequeñas gotas.
Los investigadores lo expresan así: “Las cuchillas más afiladas conducen no solo a menos gotas, sino también a gotas más lentas”. Son esas primeras gotas que se generan durante los primeros milisegundos que llegan hasta los ojos.
En cada uno de los experimentos, los científicos notaron que, al cortar una cebolla con una cuchilla menos afilada, genera una mayor producción de líquido. Por ende, aquellas cebollas que se cortan sin quitar la piel necesitan el doble de fuerza para ser atravesadas y eso se traduce en provocar más lágrimas.
Cabe destacar que, durante el estudio, también se evidenció que, estas mismas gotas que transportan compuestos lacrimógenos pueden llegar a contener bacterias o virus, lo que podría afectar a los demás alimentos.
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