¿Quitar los imanes de la refrigeradora ayuda a reducir el consumo de energía?
Esta creencia se popularizó debido a la idea de que los imanes pueden afectar la eficiencia de la refrigeradora.


Con el aumento de los precios de la electricidad, surgen creencias sobre cómo optimizar el uso de electrodomésticos. Una de ellas es la idea de que quitar los imanes del refrigerador puede contribuir a un menor consumo energético. Por ello, en esta nota descubriremos si esta creencia es mito o verdad.
¿Quitar los imanes del refrigerador reduce el consumo de energía?
El refrigerador, al ser un electrodoméstico que opera las 24 horas, representa un gasto significativo en la factura eléctrica. Por ello, es crucial identificar prácticas efectivas para mejorar su eficiencia. La Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) aclara que la influencia de los imanes decorativos en el consumo energético es prácticamente nula.
¿Por qué quitar los imanes del refrigerador no ayuda a ahorrar energía?
Según la OCU, el campo magnético producido por los imanes es tan débil que no puede alterar la corriente eléctrica que alimenta un refrigerador. A pesar de que existe una relación entre corrientes eléctricas y campos magnéticos, la potencia de los imanes es insuficiente para influir en el rendimiento energético del electrodoméstico. Por lo tanto, su retiro del electrodoméstico no tendrá repercusiones en el costo de la electricidad.

Este mito se sostiene por una lógica intuitiva errónea, pero los estudios técnicos han desmentido su veracidad. Es fundamental centrar la atención en acciones efectivas que realmente mejoren el funcionamiento del refrigerador, tales como mantener una temperatura adecuada y cuidar el entorno en el que se encuentra el aparato.
¿Qué factores influyen en el consumo de energía del refrigerador?
El consumo energético de un refrigerador está determinado por su clasificación energética, la cual se encuentra en la etiqueta de eficiencia del electrodoméstico. Esta categorización, que es obligatoria en la mayoría de los países, varía desde la letra A, que indica mayor eficiencia, hasta la G, que representa la menor. Esta clasificación refleja la cantidad de electricidad que el aparato necesita para operar durante un periodo estándar.

Optar por un refrigerador de clase A puede suponer una inversión inicial más alta; sin embargo, este gasto se recupera con el tiempo gracias a una disminución constante en el consumo de energía. Por el contrario, los electrodomésticos con menor eficiencia conllevan un gasto continuo significativamente mayor.
¿En qué lugares no debe colocarse el refrigerador para evitar un aumento en el consumo de energía?
Evita ubicar el refrigerador cerca a fuentes de calor, como hornos, radiadores o áreas con exposición solar directa, ya que provoca que el compresor deba esforzarse más para mantener la temperatura interna adecuada. Este incremento en la carga de trabajo se traduce en un mayor consumo de electricidad, advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

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