¿Cómo mantener la lechuga fresca y crujiente?
Cuatro consejos para que tus verduras de hoja verde preserven su color y consistencia.
La lechuga es un ingrediente indispensable en la cocina peruana; sin embargo, mantenerla fresca puede convertirse en un verdadero desafío. Por ello, si deseas refrigerarla y luego añadirla a una ensalada, un ají de gallina o un ceviche, aquí te compartimos cuatro pasos para que la puedas conservar manteniendo su textura y sabor.
1) Selección
Las lechugas, al crecer al nivel de la tierra, suelen estar expuestas a diversos agentes contaminantes; por lo tanto, cuando incluyas esta verdura en tu dieta, debes tener especial cuidado en su selección. Es decir, escoge aquellas hortalizas que no tengan manchas u hojas marchitas. Recuerda que las verduras de hoja verde –siempre– deben mostrarse frescas y llenas de vida.
Debido a su proximidad con el suelo, la lechuga suele estar expuesta a múltiples agentes contaminantes.2) Lavado
Antes de proceder con el lavado, revisa bien las hojas exteriores y elimina aquellas que estén manchadas o viscosas. Luego, procede a lavar con abundante agua corriente. Este método te ayudará a eliminar la mayoría de gérmenes y bacterias. De preferencia, evita sumergir las hojas en recipientes con agua y algún tipo de sustancia como lejía, cloro o detergente. Ojo: el agua corriente debe ser tu principal aliado.
El agua corriente ayuda a eliminar los agentes contaminantes.3) Secado
La lechuga suele ser susceptible al exceso de humedad; por esa razón, después de lavarla, debes escurrirla con sumo cuidado. Si se trata de una lechuga entera, colócala de cabeza sobre un colador y, si está deshojada, puedes emplear un escurridor de vegetales centrífugo para que obtengas mejores resultados. Esta parte del proceso es clave para que tengas éxito en la fase de conservación.
Un centrifugador manual simplifica el proceso de secado de una lechuga deshojada.4) Conservación
Por último, si vas a refrigerar una lechuga entera, debes cortar el tallo, secar la cabeza con papel absorbente e insertarla en una bolsa plástica. Si se trata de una lechuga deshojada, coloca el papel toalla en la base e inserta las hojas en una bolsa con cierre hermético. No olvides dejar una esquina abierta para que fluya el aire. De esa manera, en tu próxima preparación, obtendrás hojas crujientes y sabrosas.
La bolsa plástica evita el contacto de la lechuga con otros alimentos.Recuerda: Para que tus verduras de hoja verde se mantengan frescas, evita refrigerarlas previamente aliñadas. También puedes aplicar estos consejos en la conservación de otras hortalizas como la col, la espinaca o el repollo.
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