El truco de las cáscaras de mandarina para espantar mosquitos, hormigas y otros insectos de la cocina
Las cáscaras de mandarina contienen un compuesto que actúa como repelente para una variedad de insectos.


Muchas veces nos encontramos con insectos rondando alrededor de la cocina, algunos alimentos o incluso utensilios. Estos pequeños invasores están presentes en cualquier estación del año y en diferentes temperaturas. Deshacernos de ellos puede ser complicado, y además de causar molestias, pueden convertirse en transmisores de enfermedades si no se controlan adecuadamente. Aunque existen productos para repelerlos, muchos contienen productos químicos que pueden afectar la salud. Por suerte, es posible crear soluciones naturales a base de alimentos como la cáscara de mandarina, que nos ayudará a combatirlas de manera segura y eficaz.
El truco de las cáscaras de mandarina para espantar a los insectos de la cocina
Las cáscaras de mandarina tienen aceites esenciales como el limoneno y el geraniol, compuestos naturales que repelen a los insectos. Su aroma cítrico resulta desagradable para mosquitos, hormigas, moscas, polillas y hasta cucarachas. Usarlo es sencillo, solo debes seguir estos pasos.
¿Cómo usar las cáscaras de mandarina para espantar a los insectos ?
1. El primer paso es lavar muy bien las cáscaras de mandarina.
2. Deja secar las cáscaras al sol durante unos días o también puedes llevarlos al horno a baja temperatura durante una hora.
3. Coloca los trozos de cáscara seca en platitos o bolsitas de tela cerca de ventanas, puertas, debajo del lavadero (fregadero), en rincones oscuros o húmedos y cerca de fruteros o tachos de basura.

Recuerda cambiar frecuentemente los trozos de cáscara cada semana o cuando ya no tengan aroma. También puedes triturarlas y colocarlas directamente sobre el suelo o en las macetas para repeler las hormigas de forma más directa.
Enfermedades que pueden transmitir los mosquitos, las hormigas y otros insectos en la cocina
Aunque muchas personas no lo saben, algunos insectos pueden convertirse en portadores de microorganismos que causan diversas enfermedades:
- Mosquitos: su presencia es mayor en el verano, en climas templados o zonas mal ventiladas, aunque también pueden permanecer en el invierno. Por ejemplo, el mosquito Aedes aegypti transmite enfermedades como el dengue, el zika y la chikungunya.
- Hormigas: aparecen en grupos y van por diversas superficies en busca de alimentos y pueden contaminarlos con bacterias como Salmonella o E. coli.
- Moscas: portadoras de patógenos intestinales, causando diarreas y otros malestares digestivos.
- Polillas y cucarachas: las partículas que desprenden de estos insectos pueden provocar alergias respiratorias o por el contacto con alimentos contaminados.

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