Si la vida te da mandarinas, aprende a cómo comerlas
Experta en seguridad alimentaria advierte sobre el grave error que se comete con frecuencia al comer mandarinas.
Brisa Tello
El almuerzo siempre viene acompañado de su entrada, refresco y su infaltable postrecito. En ocasiones, este postre puede ser reemplazado por una deliciosa fruta. Y es que, en realidad, las frutas son parte de las dietas básicas ya que aportan numerosos nutrientes y una fuente de minerales.
Por lo general, se recomienda comer estos alimentos a diario e incluso tres veces al día para conseguir el aporte nutricional necesario. Sin embargo, no siempre es así.
La buena noticia es que existe un universo entero de frutas, ideales para cada temporada del año. Una de las más populares, durante la época de invierno, es la mandarina. ¿La razón? Su gran aporte de vitamina C para contrarrestar los males de la gripe y el resfriado.
Esta es la manera correcta de comer las mandarinas
Consumir la mandarina es sumamente sencillo, sobre todo por su capacidad para ser ingerida por sí misma o acompañada de otras frutas en una ensalada. No obstante, hace semanas una experta de seguridad alimentaria lanzó una advertencia sobre esta fruta que alarmó a los usuarios de redes sociales.
Se trata de Cristina Lora, quién indicó que cierto sector de la población le quita las hebritas y los hilitos blancos de la mandarina, aludiendo que les produce “asco”. Todo ello sin saber que ahí se encuentra la verdadera proteína.
“Estas hebritas blancas se llaman albedos y es la parte más saludable que tiene la mandarina, contiene hasta 20 veces más de compuestos fenólicos que los gajos que son antioxidantes y un alto compuesto en pestina que es fibra que hace que se reduzcan los niveles de colesterol LDL en sangre”, subraya.
Reacciones de los usuarios
Con tal explicación, Lore insiste que, la próxima vez que tengas una mandarina en la mano, puedas comerla adecuadamente, con todo y hebras.
Evidentemente, las reacciones de los usuarios no se hicieron esperar. Mientras que algunos reconocían quitar los hilos, otro bando afirmaba no haberlo hecho nunca. A pesar de ello, todos reconocieron que no sabían que la mandarina contaba con tales propiedades.
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