Lo que haces antes, durante y después de comer influye en tu salud: sigue estos 3 consejos de un cardiólogo
No solo importa lo que comes, sino también cómo lo haces. El cardiólogo Stephen Kopecky, de Mayo Clinic, explica por qué pequeños cambios en tu rutina diaria pueden potenciar tu salud física y emocional.


Hábitos durante las comidas
Cuando pensamos en salud, solemos imaginarnos listas de alimentos permitidos y prohibidos, dietas estrictas o ingredientes “milagrosos”. Pero Stephen Kopecky, cardiólogo de la reconocida Mayo Clinic, señala que lo importante no es solo qué comemos, sino cómo vivimos ese momento.
En su libro Live Younger Longer, Kopecky invita a cambiar la forma en que nos relacionamos con la comida. No se trata de contar calorías, sino de revalorizar las comidas como espacios de conexión, equilibrio y conciencia. Y propone tres hábitos fáciles de incorporar, sin fórmulas complicadas ni sacrificios extremos.

- Comer sin distracciones: convierte cada comida en un ritual de pausa
Si comes apurado, frente a una pantalla o de camino al trabajo, esta costumbre puede estar saboteando tu salud. El experto recomienda dedicarle tiempo real a cada comida: sentarse, respirar y disfrutar de cada bocado. Esto no solo mejora la digestión, sino que permite al cerebro registrar la saciedad a tiempo y evitar el exceso. Recuerda que hay un desfase de aproximadamente 10 minutos entre que tu estómago se llena y tu cerebro lo nota. Comer más lento puede ayudarte a consumir menos sin sentirse privado. Además, transforma ese momento en un espacio de calma dentro de la rutina diaria. - Cocinar y comer en casa con mayor frecuencia
Preparar tus propias comidas no solo es más económico. También te permite saber exactamente qué estás comiendo y controlar ingredientes, porciones y técnicas de cocción. Kopecky advierte que comer fuera regularmente, especialmente en locales de comida rápida o restaurantes con porciones abundantes, puede convertirse en un obstáculo para mantener una alimentación equilibrada. Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), citados por Mayo Clinic, apenas 1 de cada 2.000 platos servidos fuera del hogar puede considerarse realmente saludable. - Comer acompañado: el factor emocional
Comer en compañía de familia o amigos no solo es agradable, también tiene beneficios reales para la salud mental y física. Según Kopecky, compartir historias y risas en la mesa disminuye el estrés, fomenta la conexión emocional y fortalece vínculos importantes.
Esto es especialmente importante en hogares con niños o adolescentes. Estudios citados por Mayo Clinic revelan que quienes tienen al menos tres comidas familiares a la semana tienden a tener un peso más saludable y mejores hábitos alimentarios. Además, ver a los adultos comer de forma balanceada y sin pantallas ayuda a formar mejores hábitos desde la infancia. Un detalle sencillo con efectos a largo plazo.
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