Repartió comida a indigentes y su empresa lo despidió
Trabajador de Starbucks fue despedido tras ayudar a personas sin hogar. La empresa sostiene que la acción violó sus políticas internas.


Un trabajador de Starbucks con tres décadas de servicio en el aeropuerto de Marsella fue despedido tras entregar alimentos no vendidos a personas sin hogar y trabajadores del aeropuerto. No fue el único, otros tres también fueron sancionados por la misma razón.
Despiden a trabajador de Starbucks tras repartir comida a personas sin hogar
Al acabar su jornada, solía recoger los productos que ya no se venderían (sándwiches, ensaladas, snacks) y los repartía entre personas sin hogar que frecuentan la terminal, muchas de las cuales conocía por nombre. También compartía la comida con trabajadores del aeropuerto, como personal de limpieza y agentes de seguridad. Era su forma de evitar el desperdicio y, al mismo tiempo, ofrecer algo de alivio a quienes más lo necesitaban. “Conozco a una mujer encantadora que nunca pide nada, ni siquiera un vaso de agua”, contó al diario La Provence.

Supervisores estaban al tanto de la entrega de comida
Según su testimonio, no actuaba en secreto. Su jefe sabía lo que hacía y, de hecho, se lo permitía. “Me dijo que siguiera, que tirar la comida salía más caro porque había que usar contenedores especiales”, relató. Todo quedaba registrado y ocurría frente a las cámaras del aeropuerto.
SSP, empresa gestora, justifica despidos por incumplimiento de políticas internas
Esa práctica no fue bien vista por la empresa que gestiona las franquicias de Starbucks y Prêt-à-Manger en el aeropuerto, el grupo SSP. Él y otros tres empleados fueron despedidos. La compañía alega que ningún trabajador tiene derecho a llevarse productos, incluso si están destinados a la basura, salvo que se estipule lo contrario en sus contratos. Según la carta de despido, todo debía registrarse oficialmente en el sistema el mismo día.

Empleados afectados recurren al tribunal laboral tras la decisión de la empresa
El golpe ha sido duro para el trabajador y sus compañeros despedidos. No solo perdieron sus empleos tras años de dedicación, sino que también enfrentan un profundo impacto emocional. “Ya no puedo dormir. Ya no puedo pisar el aeropuerto. Estamos tan afectados que decidimos llevar el caso al tribunal laboral”, confesó uno de ellos.
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