¿Qué sucede al comer mucho pollo? Estudio revela impactante información
Una reciente investigación—aún con limitaciones— asocia que su consumo puede estar vinculado a ciertas enfermedades.


Las enfermedades son causa de preocupación en muchas partes del mundo. Para poder evitarlas, uno debe cumplir con las estrictas recomendaciones de los doctores; así como también seguir una dieta balanceada. No obstante, en algunas dietas se sugiere evitar el consumo de carnes rojas o incluso, de pollo. ¿A qué se debe esto?
Lo cierto es que, en ciertas ocasiones, el consumo de estos insumos puede contribuir notablemente al riesgo de padecer problemas en el aparato digestivo, específicamente, de llegar a padecer cáncer.
¿Consumir pollo incrementa las probabilidades de padecer enfermedades?
De acuerdo con los autores de este informe publicado en el medio especializado “Nutrients”, sus principales resultados se abocan en un solo punto: el pollo no es solo una fuente saludable de proteínas.
En concreto, los investigadores demuestran que el consumo de más de 300 gramos de pollo a la semana puede asociarse con un incremento del 27% en el riesgo de muerte por cualquier causa y el 2,3% en el riesgo de padecer cáncer.
Tal hallazgo se basa en el análisis de datos de más de 4 869 personas del sur de Italia, quienes reportaron diariamente su consumo de carne roja y carne de ave, además de sus niveles de actividad física. Esta información se relacionó con los diagnósticos de cáncer para encontrar las posibles asociaciones.
El estudio aún no es concreto y presenta limitaciones
Es importante destacar que el estudio no está aseverando que el consumo de pollo aumente el riesgo de cáncer, sino que es posible que existan otros factores que también se relacionen con ello.
Precisamente, hay varios factores que se han dejado de lado en el estudio. Por ejemplo, no se ha recolectado información sobre la procedencia del pollo consumido o el método de crianza que podrían afectar a nuestra salud.
También se ha investigado sobre los métodos en los que se ha cocinado ese pollo u otra característica de la dieta de los participantes.
Entonces, ¿se debe dejar de comer pollo?
Esta nueva evidencia no es suficiente para dejar totalmente de lado el consumo de pollo, ni mucho menos considerarlo como un producto cancerígeno o que no aporta proteínas al cuerpo humano.
Más bien, este estudio se enfoca en la necesidad de investigar los factores externos que rodean al consumo de pollo, los cuales podrían afectar a la salud de las personas.
A fin de cuentas, lo ideal es seguir centrándonos en la calidad de aporte alimenticio que seguimos en nuestra dieta diaria, incluyendo la variedad de nutrientes y las porciones adecuadas.
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