Cómo limpiar los langostinos en 4 pasos

Los langostinos son un alimento que requiere de un tratamiento especial antes de ser cocinado. Muchas personas creen que esta es una tarea complicada, pero no es así. En esta nota, te enseñaremos paso a paso cómo dejar tus langostinos bien limpios y listos para que puedas aprovechar todo su sabor.

Paso a paso para limpiar los langostinos

1. Desprende la cabeza de la cola. Para lograrlo, sostén el langostino con ambas manos y gira la cabeza hasta que quede separada.
2. Introduce el dedo por las patas y pasa por encima, retirando la carcasa con delicadeza, en uno o dos tiempos para no maltratar el langostino.
3. Retira la cola con mucho cuidado, jalando desde la punta.
4. Clava un palito de dientes por donde pasa la “vena negra”, levanta y jala con mucho cuidado. Otra opción es hacer un pequeño corte con un cuchillo. Así será más fácil encontrar y jalar la “vena negra”.

¿Por qué es importante limpiar los langostinos antes de cocinarlos?

Cuando enfrentamos la tarea de limpiar langostinos, seguimos un proceso bien establecido: primero retiramos la cabeza, luego la cáscara y finalmente eliminamos la línea oscura que recorre el cuerpo . Este procedimiento es eficaz y simple. Existen varias razones para hacerlo:

• Si los langostinos no son lavados, su sabor podría sufrir alteraciones, dado que si se conserva el intestino (vena negra), existe la posibilidad de que el sabor se modifique, resultando en un ligero amargor en la preparación culinaria.

• La correcta limpieza del langostino es crucial para mantener su textura, ya que la coraza posee una textura firme y resistente que no se altera durante la cocción. Si optamos por no limpiar estas partes adecuadamente, podrían quedar residuos que resultarían incómodos al masticar, según Gastrolab.

¿Qué pasa si comes la "vena negra"?

La “vena negra”, esa línea a lo largo del cuerpo del langostino que va por la parte baja de su cuerpo hasta la cola, contiene su excremento. ¿Qué pasa si te comes el langostino con ella? Lo cierto es que no hay ningún riesgo para la salud, de acuerdo con la información del sitio web de "La Vanguardia", que consultó a la nutricionista española Beatriz Robles. Sin embargo, es cierto que para muchas personas puede resultar desagradable, ya que se estaría ingiriendo los desechos de un animal. Además, puede modificar ligeramente el sabor de este alimento.

Aprovechar los residuos

Considerando que los mariscos tienden a ser costosos, resulta lógico aprovechar partes de sus restos. Las cabezas, la coraza y la cola del langostino aportan una gran cantidad de sabor. Estas cabezas también contienen jugos valiosos y, sin duda, es recomendable reservarlas para preparar el caldo base.

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