Así se cocina la pasta en Italia: los consejos que cambiarán tu forma de prepararla, según una chef italiana
Una experta revela el detalle que muchos pasan por alto al preparar pasta y que puede arruinar tu plato desde el primer paso. Así es como se prepara pasta en Italia.


Preparar pasta puede parecer una de las tareas más simples de la cocina, pero hacer pasta como en Italia tiene sus reglas. Y hay un detalle que, si lo pasas por alto, estás condenando tu plato al fracaso desde el primer paso. La chef italiana Roberta, conocida en Instagram por sus consejos culinarios sin filtros, lo resume sin rodeos: “Si no echas sal en el agua, estás arruinando cada plato de pasta que cocinas”.
En un video que ya suma más de 17.000 likes, Roberta señala que la pasta no se sala con la salsa, se sala con el agua. En Italia, esto no es un tip ni una recomendación: es una regla sagrada.
¿Por qué es tan importante salar el agua para cocinar la pasta?
El error más común es dejar la sal para el final del proceso. Según Roberta, es el mayor error y el resultado es una pasta sin alma, sin sabor. . La clave está en que la pasta debe absorber el sabor desde el inicio, mientras se cocina. Solo así se logra una base sabrosa que complementa y no compite con la salsa.
¿Cuánta sal hay que usar?
Roberta recomienda una medida clara: una cucharada grande de sal por cada litro de agua. Ni más, ni menos. Puede sonar excesivo si no estás acostumbrado, pero recuerda que la mayor parte de esa sal no se queda en la pasta, sino que el agua se escurre, pero el sabor ya hizo su trabajo.
Cocinar pasta en Italia no es solo una receta, es cultura
En Italia, la pasta no es solo un alimento: es parte del día a día. Se calcula que cada italiano consume en promedio 23 a 28 kilos de pasta al año, según datos de la International Pasta Organisation. En muchas familias, es común comer pasta al menos una vez al día, especialmente al mediodía.
Si hay algo que un italiano no perdona en la cocina, es una pasta pasada de cocción. Para ellos, dejarla demasiado blanda no es un simple error. En Italia, la pasta se cocina al dente, lo que significa que debe quedar firme al morder, con una ligera resistencia en el centro. Esa textura no solo resalta mejor el sabor y sostiene bien las salsas, sino que su índice glucémico es menor que el de una pasta sobrecocida.
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