¿Una chef peruana en la cocina del Vaticano?
Se han desatado rumores en el Vaticano tras la aparición de una chef peruana junto al papa León XIV y su secretario Edgard Rimaycuna.
Karla Morales
Una fotografía en el Vaticano ha desatado una ola de rumores y expectativas sobre la posibilidad de que el papa León XIV tenga una cocinera peruana entre su equipo. Todo comenzó con una imagen que se volvió viral, en la que aparece el sumo pontífice acompañado por su secretario personal, el chiclayano Edgard Rimaycuna, y la chef peruana Verónica Sánchez Molina.
Comida peruana: la favorita del Papa
El papa León XIV, antes conocido como Robert Prevost, mantiene una profunda conexión con el Perú desde que llegó como misionero agustino en 1985. Fue obispo de Chiclayo desde 2014 y ha manifestado en varias ocasiones su aprecio por la gastronomía local. De hecho, él mismo, en una entrevista con Exitosa, afirmó que iba a extrañar “muchísimo la comida que es siempre muy agradable aquí en Chiclayo”.
Verónica Sánchez aclara su presencia en el Vaticano
Sin embargo, y pese a la efervescencia en redes, no hay nombramiento oficial. En declaraciones al diario Expreso, Verónica Sánchez Molina aclaró que su presencia en el Vaticano no responde a una contratación, sino que “solo fue una visita”.
De hecho, en medio de la emoción, algunos confundieron su procedencia. En redes se dijo que Verónica era tacneña, a raíz de un saludo de un colegio con ese nombre. Pero resulta que el colegio está ubicado en Barranco, Lima, y no en el sur del país.
¿Quién es Edgard Rimaycuna, el peruano de confianza del Papa?
Rimaycuna es secretario personal del pontífice y su relación con él se remonta al año 2006, cuando ambos coincidieron en el Seminario Mayor Santo Toribio de Mogrovejo, en Chiclayo. Con el tiempo, se convirtió en uno de sus hombres de confianza y actualmente lo acompaña en su labor en el Vaticano, luego de haberse formado académicamente en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma.
Hasta el momento, la Santa Sede no se ha pronunciado sobre el tema. Mientras tanto, la imagen sigue circulando y alimentando la ilusión de que, quizás en un futuro no tan lejano, los sabores del Perú lleguen oficialmente a las cocinas del Vaticano.
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