El origen del pollo a la brasa
Descubre cómo fue la creación y la historia del plato que apasiona a los peruanos desde hace más de 70 años.


El pollo a la brasa, apreciado por su piel crujiente y su carne jugosa, no solo es el favorito de los peruanos, sino que también ha ganado popularidad internacional por su irresistible sabor. Es tan querido que incluso tiene su propio día de celebración, el tercer domingo de julio de cada año. Pero, ¿quién fue el creador detrás de esta delicia y cómo empezó esta sabrosa historia?
¿Cuál es el origen del pollo a la brasa?
Su origen se remonta a la década de 1950. En estos años, el inmigrante suizo Roger Schuler, se había establecido en el distrito de Ate Vitarte, en la localidad de Santa Clara, y operaba un criadero de pollos que comercializaba en el mercado. Al enfrentar dificultades para hacer prosperar su negocio, tuvo la idea de cocinar los pollos atravesados en varas de hierro. Sin embargo, esta técnica resultó ser lenta y poco eficiente para cocinar los pollos de forma pareja y en grandes cantidades.
Fue entonces cuando Schuler, junto con su socio Franz Ulrich, buscó perfeccionar su técnica al desarrollar un nuevo sistema de cocción con un conjunto de varillas giratorias dentro de un horno de brasas, logrando una cocción uniforme de varias aves al mismo tiempo. El invento fue bautizado como el “Rotombo”.

La pollería que lo hizo popular
Años más tarde, Schuler y Ulrich fundaron la primera pollería del Perú, "La Granja Azul", en Santa Clara. En un inicio el pollo se preparaba solo con sal pero con el tiempo se empezó a marinar en un aderezo que incluía ají panca, orégano, sillao y otros ingredientes. Por supuesto, no tardaron en aparecer las mejores acompañantes del pollo a la brasa: las papas fritas.
El éxito de este establecimiento llevó a otros emprendedores a replicar el sistema (por supuesto cada uno con su toque particular) y rápidamente proliferaron las pollerías en el Perú. Hoy La Granja azul sigue existiendo (y tiene varios locales) y no hay rincón del Perú en el que no exista una pollería en la que podamos disfrutar de un buen pollo a la brasa. Además, existen pollerías en todo aquel lugar del mundo en el que se haya formado una comunidad de peruanos. El pollo a la brasa es un verdadero emblema de nuestra cultura. Y la historia continua.

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