Alfalfa: Usos en la cocina

La alfalfa es una planta herbácea que se utiliza –en la mayoría de los casos– como forraje para el ganado; sin embargo, gracias a su alto valor nutricional, también es un alimento apto para el consumo humano. Por lo general, sus hojas (así como los germinados de sus semillas) se pueden preparar frescos o cocidos en una gran variedad de platos como ensaladas, guisos y sopas.

Perteneciente a la familia de las leguminosas, esta planta cuenta con una importante concentración de proteínas, vitaminas y minerales. Por ello, se la utiliza también como suplemento nutricional en forma de tabletas o polvo. Asimismo, en la medicina tradicional, la alfalfa se suele emplear en el tratamiento de afecciones vinculadas a problemas digestivos, infecciones del tracto urinario y síntomas de la menopausia.

Usos en la cocina

En lo que respecta a la cocina, cada vez más personas consumen los germinados de alfalfa. Estos brotes tiernos, obtenidos de las semillas, se caracterizan por su sabor suave y textura crujiente. Dependiendo del gusto de cada comensal, se pueden utilizar de distintas maneras: en ensaladas (combinados con tomate, palta y queso), en sándwiches (con rebanadas de pan, lonchas de jamón, pepino y tomate) y en jugos (mezclados con frutas frescas).

Los germinados son fáciles de cultivar en casa; sin embargo, se pueden encontrar en tiendas de productos naturales y en algunos supermercados. Gracias a que es un alimento vivo, su valor nutricional se mantiene inalterable cuando se consume crudo.

Las hojas tiernas de alfalfa, por su parte, se pueden consumir crudas (en batidos), cocidas (en sopas o guisos) y deshidratadas (en infusiones). Asimismo, la alfalfa es uno de los ingredientes infaltables del popular emoliente: bebida tradicional peruana preparada a base de granos tostados de cebada, extractos de hierbas medicinales, jugo de limón y miel.

Luego de leer esta nota, ¿incluirías este alimento en tu dieta diaria?