¿Qué cantidad de dulces consumen tus niños durante Halloween?

Halloween es una festividad que, para los más pequeños de la casa, está asociada al consumo de dulces. Por ello, es importante mantenerse informado sobre la cantidad de azúcar que (tanto adultos como niños) podemos consumir diariamente. Acá te lo explicamos.

El ABC del azúcar

El azúcar nos provee de la energía que necesita nuestro cuerpo para subsistir —a nivel celular—, y no solo es así para el ser humano, sino para todos los seres vivos, animales y plantas. De hecho, es tan importante que estamos hechos para detectarla a través de nuestras células gustativas, y nuestro cerebro tiene asociado ese sabor al placer. Por eso, cuando comemos algo dulce, nuestro cuerpo reacciona con un “ummmm, ¡energía!”; mientras que lo amargo está asociado a lo tóxico. Es instintivo, es supervivencia. Está en nuestro ADN. Literalmente.

Lo dulce nos llama. Tanto así, que es lo primero que probamos al nacer —lactosa— a través de la leche materna. Sin embargo, el azúcar también es y ha sido causa de muchas de nuestras más grandes desgracias: durante siglos, los cultivos de caña han promovido la esclavitud a nivel mundial, con efectos sociales que se perciben hasta nuestros días; desde el punto de vista de la salud, el azúcar es una de las principales causas de las enfermedades que nos aquejan a nivel global. El problema surge cuando consumimos más azúcar de la necesaria a lo largo de nuestra vida. La torta se voltea.

Azúcar buena y mala

El azúcar la encontramos en la comida. Está en la fruta y en las verduras, en los granos y en los tubérculos, así como en los productos lácteos. Cuando leemos en la etiqueta: “carbohidratos”, eso también significa azúcar. Pero, ¿por qué el exceso de azúcar es dañino? Según la OMS, el consumo excesivo de azúcar es uno de los principales causantes de las enfermedades no transmisibles, como son las enfermedades al corazón, el cáncer y la obesidad. Por eso recomienda reducir su consumo al mínimo cuanto antes.

El principal problema de salud con el azúcar se debe a que proviene de una fuente equivocada. El azúcar que encontramos en la comida de forma natural está acompañado de nutrientes como fibra, proteína, vitaminas y minerales. Esta azúcar aporta buena parte de la energía que necesitamos. Pero las personas no se contentan con eso. Nos hemos acostumbrado a añadir azúcar a nuestra comida de forma no natural. En las gaseosas, en las golosinas, en los postres. Esta es la llamada azúcar libre.

Los azúcares libres son los “añadidos a los alimentos y las bebidas por el fabricante, el cocinero o el consumidor, más los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes, los jugos de frutas y los concentrados de jugos de frutas”. Eso es lo que dice la OMS. El azúcar de mesa, por ejemplo, es un tipo de azúcar libre en forma de cristales. El azúcar libre es el rey de los alimentos procesados y súper procesados. Y es nuestra archienemiga.

Cuestión de salud

Por este motivo, desde el 2015 la OMS viene desarrollando una campaña global para reducir el consumo de azúcares libres, para que no superen el 10% de la ingesta diaria de azúcar que necesitamos. Es más, su meta es que no llegue siquiera al 5%. La cosa es seria, particularmente en los países en vías de desarrollo y del tercer mundo, donde los impactos en salud tienen cifras nefastas asociadas a obesidad, diabetes y cuidado dental. Todo lo cual repercute luego en educación, acceso a oportunidades, etcétera.

Como el costo del azúcar es muy bajo, y hay una natural disposición para consumirla, la industria tiende a agregar azúcar a todo. Por eso, en muchos países es más barato comer una bolsa de papas fritas y una gaseosa que una ensalada de frutas. El total de azúcar que uno consume, además, muchas veces pasa desapercibido en la lista de ingredientes. Esto es algo que tenemos que tener claro.

La diabetes

Al tratarse de una fuente primaria de energía, la glucosa se distribuye a todo el cuerpo, a todos sus órganos, vía la sangre. Sin embargo, no todos los órganos de nuestro cuerpo son tan tolerantes a la glucosa, y esta los puede dañar. Por eso el cuerpo genera una hormona, la insulina, para contrarrestar el exceso de glucosa. La diabetes es una enfermedad que evita que la insulina controle los niveles de azúcar. Por eso es que los diabéticos tienen que tener mucho cuidado con el consumo de golosinas, porque puede tener efectos mortales.

Las caries

El efecto del azúcar en los dientes se debe principalmente a la presencia de una bacteria: Streptococcus, que convierte el azúcar en placas de carbohidratos que se adhieren a los dientes, y que genera ácidos que los carcomen. Mientras más alimento haya para la bacteria, más activa va a estar. Por eso es clave una correcta limpieza bucal. Eso sí, ten en cuenta que el azúcar no solo está presente en los dulces, sino también en la pasta, el pan, y muchos de los productos procesados. En países como el nuestro, la salud dental a veces es inaccesible, porque es clave cuidar nuestros dientes.

Los octógonos

Nuestro país no es ajeno a todos estos males. Por el contrario, con un sistema de salud endeble, tenemos que tener más cuidado de las enfermedades no transmisibles. Afortunadamente, tenemos aún acceso a alimentos saludables y mucha imaginación para hacer de ellos comidas sabrosas y accesibles. Pero no podemos bajar la guardia. Felizmente, desde el 2019, todos los productos que superan la dosis de azúcar diaria recomendada llevan en la parte frontal de su etiqueta un octógono que indica el riesgo que supone su consumo. Y esto rige para azúcar, sal, grasas saturadas y grasas trans. Evita el azúcar, en serio.

Entonces, ¿qué hago en Halloween?

Si tenemos control sobre la cantidad de azúcar que consumimos —no más de 6 cucharadas de azúcar diaria aproximadamente—, si tenemos interiorizada la idea de que no es sano consumir azúcar en exceso, podemos tomarnos la libertad de darnos una noche libre; incluso unos días, porque los dulces que los niños recogen el 31 suelen durar más de una noche. A menos que tengamos una condición médica, como diabetes, podemos incluso reunirnos y disfrutarlos juntos en familia.

No se recomienda satanizar el azúcar, ya que estos métodos suelen tener los efectos contrarios; tampoco asociarla al sobrepeso, ya que genera una mala relación con la alimentación, cuando lo que se quiere es todo lo contrario. A menos que el niño requiera una dieta por una condición médica, debemos promover relaciones sanas con la comida. No queremos nada tóxico, ni a nivel emotivo ni a nivel nutricional.

Este año, claro, la fiesta va tener que estar contenida y limitada al entorno doméstico y familiar debido a la covid-19. No viviremos el ritual “golosinario” de todos los años, pero quizás sea una buena oportunidad para quedarse en casa y preparar algún dulce casero, y para conversar, sanamente, sin prejuicios, sobre la importancia de una buena alimentación.

Si te interesó esta nota, quizás te interesen también estas:

• ¿Qué son los octógonos y por qué son importantes?

• Sustitutos del azúcar