No es Perú: este es el país de Latinoamérica que más produce y consume arroz en el mundo, compite con China

Su consumo supera más de tres veces las cifras estimadas para países con gran tradición arrocera como Perú y Colombia.

El país de Latinoamérica que más produce y consume arroz en el mundo.

Evelyn Camarena

El arroz es mucho más que una guarnición; es el componente clave que sostiene la nutrición a escala mundial. Según el Global Rice Consumption Trends 2025, una impresionante cifra de 3.500 millones de personas lo ingiere diariamente. Esto significa que más del 60% de la población del planeta depende de este cereal para cubrir una porción fundamental de sus necesidades energéticas.

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Esta dependencia se vuelve crítica en Asia y África, donde el arroz se establece como el alimento básico dominante, llegando a proporcionar hasta el 50% de la ingesta calórica diaria en numerosos países. No obstante, en un panorama dominado por estos continentes, solo una nación de América Latina ha logrado amasar un volumen de producción y demanda lo suficientemente grande para competir directamente con potencias como China.

¿Cuál es el país de Latinoamérica que produce y consume más arroz en el mundo?

Brasil se corona como la nación latinoamericana con el mayor dominio tanto en la producción como en el consumo de arroz. En 2025, su demanda alcanzó aproximadamente los 7,1 millones de toneladas. Esta cifra no solo lo posiciona como el mercado arrocero de referencia en la región, sino que también lo convierte en el único país de América Latina en figurar en el selecto grupo de los principales consumidores a escala mundial.

Brasil se corona como el mayor productos y consumidos de arroz.

Este volumen colosal de ingesta se explica por la relevancia del grano en la vida diaria: el arroz es un compañero prácticamente indispensable en la mesa brasileña. Tal magnitud de consumo triplica con creces las cifras estimadas para otras naciones con arraigada tradición arrocera, como Perú y Colombia, que se mantienen muy por debajo del gigante sudamericano.

Finalmente, además de ser un consumidor voraz, Brasil mantiene una robusta capacidad agrícola. Al balancear su elevada demanda interna con una fuerte producción propia, el país garantiza su autoabastecimiento y se consolida como un actor fundamental en la cadena productiva del arroz a nivel regional.