Retiran kilos de pollo por contaminación con metal
El pollo que se distribuía en diferentes puntos de venta en Estados Unidos contenía fragmentos de metal, un peligro para los consumidores.
Evelyn Camarena
Las autoridades de Estados Unidos encendieron la alerta sanitaria tras descubrir que uno de los pollos congelados más vendidos en el país podría estar contaminado. El caso es tan grave que se ordenó el retiro inmediato de millones de libras del producto, distribuidas en supermercados, restaurantes, hoteles y otros puntos de venta a nivel nacional. El objetivo es claro: evitar que los consumidores sufran lesiones internas por su consumo.
El comunicado fue emitido por el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS), organismo que detectó diminutos fragmentos de metal dentro del alimento. Según informaron, estos restos podrían haber pasado inadvertidos durante meses y representar un serio peligro, pues podrían causar cortes, fracturas dentales o incluso perforaciones en el sistema digestivo.
¿Qué marca de pollo fue retirada por estar contaminada con metal?
La empresa detrás del retiro es Hormel Foods Corporation, que decidió sacar del mercado más de 4,8 millones de libras de pollo listo para comer como medida preventiva. Todo apunta a que la contaminación se originó por el desgaste de los equipos industriales, lo que habría provocado que pequeños fragmentos metálicos terminaran mezclados con el producto durante su procesamiento.
Entre los lotes afectados se encuentran distintas presentaciones de pechugas y muslos deshuesados, identificables por el número de establecimiento “P-223” en el sello del USDA. Si bien no se han reportado lesiones, varios consumidores advirtieron la presencia de pedazos de metal dentro de los envases, lo que encendió las alarmas y llevó a la compañía a actuar rápidamente.
Medidas para los consumidores: cómo evitar riesgos por el pollo contaminado
Las autoridades pidieron a los consumidores revisar cuidadosamente sus productos antes de usarlos y desechar de inmediato cualquier paquete que coincida con el número del lote afectado. Además, exhortaron a tiendas, restaurantes y distribuidores a inspeccionar sus inventarios para evitar que el pollo contaminado llegue a los comensales. Ingerir este producto, advierten, representa un riesgo serio y urgente para la salud.
Si alguien sospecha haber consumido el pollo contaminado y presenta dolor abdominal, náuseas o sangrado, debe acudir de inmediato a un centro médico. La empresa Hormel ha habilitado la línea gratuita 1-800-523-4635 para atender consultas, mientras que el FSIS mantiene abierto su canal de denuncias las 24 horas del día para reportar cualquier incidente.
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