¿Tiras la comida quemada a la basura? Podrías estar poniendo en riesgo tu hogar
Tirar la comida quemada a la basura podría ser más peligroso de lo que imaginas. Una especialista revela por qué y qué medidas tomar.
Karla Morales
Lo que muchos hacen después de quemar la comida es tirarla al tacho de basura, lo que puede convertirse en un riesgo grave de incendio. Así lo advirtió Ally, técnica en emergencias médicas con más de diez años de experiencia en un departamento de bomberos en Estados Unidos.
La especialista compartió a través de su cuenta de TikTok la historia de una joven que intentó calentar un brownie en el microondas. Por error, lo dejó dos minutos en lugar de veinte segundos, y al quedar totalmente carbonizado lo arrojó a la basura. Minutos después, comenzó un incendio.
¿Por qué no debes desechar comida quemada de inmediato?
Según la experta, la comida que se quema alcanza temperaturas muy altas y las partes carbonizadas pueden esconder pequeñas brasas, similares a las de una fogata. Al entrar en contacto con papeles, plásticos u otros residuos inflamables de la basura, esas brasas pueden encenderse y generar fuego. “Parece inofensivo, pero la basura es un lugar lleno de material que puede alimentar un fuego y hacerlo crecer rápidamente”, advirtió Ally.
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¿Qué hacer con la comida quemada?
La recomendación es dejar enfriar la comida quemada en un lugar seguro, como el fregadero metálico o encima de la estufa apagada. Solo cuando esté completamente fría se debe desechar. Además, ante la presencia de humo en la cocina, se aconseja apagar el electrodoméstico, mantener cerrada la puerta del horno o microondas y esperar a que se disipe antes de retirar los alimentos.
Recomendaciones para evitar incendios
Para reducir los riesgos, se recomienda:
- No dejar ollas ni sartenes desatendidos en la estufa.
- Mantener objetos inflamables como paños, cortinas o servilletas lejos del fuego.
- No sobrecargar los enchufes ni usar cables eléctricos en mal estado.
- Apagar velas y cigarrillos completamente antes de desecharlos.
- Instalar detectores de humo en puntos clave de la casa y revisar sus baterías con regularidad.
- Tener un extintor a la mano y enseñar a todos los miembros de la familia cómo usarlo
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