¿Cuál es el origen de los huevos de Pascua?
¿Te has preguntado de dónde vienen los huevos en Pascua? ¿Qué tiene que ver el conejo? Acá te contamos la historia de esta tradición en Semana Santa.
Hay tradiciones cuyo origen es incierto. El árbol de Navidad, por ejemplo, o los carnavales. Costumbres en las que se combina la religión y los ciclos anuales o fiestas agrícolas; pero que más allá de su origen, nos invitan a reunirnos en familia y llevar algo de alegría a los más pequeños. ¿Te has preguntado, por ejemplo, de dónde vienen los huevos de Pascua?
¿Qué es la Pascua?
En la tradición cristiana, la Pascua es la fiesta de celebración por la resurrección de Cristo, y marca por ello, el final de la Semana Santa. Dura siete semanas, hasta el domingo de Pentecostés —este año, 23 de mayo—. Sin embargo, originalmente, la Pascua es una celebración mucho más antigua —pagana, sin duda—, propia del hemisferio norte y marca el inicio de la primavera. De hecho, en la Biblia, la última cena se realiza precisamente en la noche Pascua; algo muy bien aprovechado posteriormente por los seguidores de Cristo, que asociaron esta fiesta primaveral con la resurrección.
¿Por qué los huevos y el conejo?
En la actualidad, la Pascua se celebra de distinta forma en distintas culturas y países. Es una simbiosis de mitos y costumbres en la que interviene también la publicidad: panes, corderos y árboles son elementos recurrentes, así como los huevos y el conejo. Los huevos representan la fertilidad y la vida que llega con la primavera; mientras que el conejo representa la curiosidad y la reproducción.
Según la Dra. Karin Bürkert, de la Universidad de Tuebingen, Alemania, los conejos, como los árboles, aparecen en la mitología pascual en la región de Alsacia, alrededor del siglo XVI. Además, se sabe de una tradición fenicia, milenaria, que también incluye huevos y conejos en Pascua. Y se dice que, debido a que no podían comerlos durante toda la cuaresma, se acostumbraba regalar huevos el domingo de Pascua, o el lunes siguiente.
¿Y el chocolate?
El chocolate es un aporte mucho más moderno, propio del siglo XX, cuando se desarrolló la tecnología adecuada para darle formas (de hecho, se había consumido en estado líquido hasta la tercera década del siglo XIX). La decoración de los huevos sí es anterior: s. XIII posiblemente; pero, ¿en qué momento se combinaron todas estas tradiciones? Difícil saberlo con certeza. No olvidemos que en la costumbre actual participan también los niños.
¿Desde cuándo, entonces, se hizo costumbre esconder huevos de chocolate con sorpresas el día en que resucitó Cristo? En nuestro país, posiblemente la costumbre llegó de manos de los inmigrantes europeos. No olvidemos que los principales productores de dulces y chocolate a fines del siglo XIX fueron de origen italiano. Sin embargo, también pueden tener algo que ver los norteamericanos y la publicidad, con sucedió con la fiesta de Navidad. Así que es difícil sacar conclusiones.
Pero más allá del origen, es bueno saber que podemos celebrar, como cristianos o de otras tradiciones, un nuevo inicio, y sobre todo, llenar de ilusión a los más pequeños.
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